Cultura

Alberto Rodríguez: "Lo más honesto era recrear a Paesa desde la ficción"

  • El sevillano entusiasma en San Sebastián con 'El hombre de las mil caras', un 'thriller' sobre el espía que ayudó a Roldán en su fuga.

El cineasta sevillano Alberto Rodríguez presentó ayer a concurso en el 64 Festival de Cine de San Sebastián su último y esperado filme sobre el espía español que conmocionó los años 90, Francisco Paesa, El hombre de las mil caras, varias veces dado por muerto y el viernes portada del Vanity Fair.

La noticia de que Paesa había concedido una entrevista hace unos días en París a esta revista ha sacado la sonrisa a todos los miembros del equipo de la película, que, junto con Rodríguez, están en San Sebastián para presentar la cinta, que opta a la Concha de Oro. "Que Paesa salga en la portada del Vanity Fair es como una especie de spin-off , es llevar a la película aún más hacia adelante", se ríe Rodríguez, asombrado tras ver al octogenario posando como si fuera un magnate, de traje y corbata en un sillón dorado.

El director reconoce, en una entrevista con Efe, que si no le hubieran hablado del libro de Manuel Cerdán, que por cierto ha reeditado Plaza y Janés con el póster de la película como portada, no se le habría ocurrido indagar en el personaje, pero le interesó sobre todo porque "se habían hecho pocas películas de este tipo en España".

El hombre de las mil caras, recibida con entusiasmo entre la prensa especializada, ha acabado siendo un thriller de acción, basado en hechos reales y otros que no lo son tanto; la vida de Paesa era tan compleja, y tan densa, que era inasible, era imposible retratarle, apunta el director de La Isla Mínima. "Lo curioso es que los periodistas que estudiaron a Paesa tenían teorías muy dispares, así que -apunta- lo que nos pareció más honesto era construir la película desde la ficción".

A pesar de eso, la cinta tiene mucho de real, explica, convencido de que el espectador va a ver cosas que pensará que son mentira, "por extraordinarias" y sin embargo sucedieron. Para que los espectadores que no vivieron ese momento entiendan lo que ocurrió, Rodríguez otorga al personaje de José Coronado, el amigo piloto de Paesa, el papel de narrador, una voz en off que sirve de guía y calendario.

La película elige un trozo de la vida del espía, la que comienza cuando conoce al director de la Guardia Civil Luis Roldán y se alarga hasta la peripecia de la fuga de España en 1994 y posterior entrega a la Policía en Bangkok. En los 80 y 90, los movimientos de dinero sucio, los fondos reservados, las comisiones y el blanqueo a través de paraísos fiscales, eran dominios donde se movían bien muy pocas personas; Paesa, el que mejor. Por eso, cuenta la cinta, Roldán (Carlos Santos) y su mujer en ese momento, Blanca Rodríguez Porto (Marta Etura), recurren a sus servicios. "Todo el problema de la corrupción con Roldán viene de antes y se prolonga después; el caso Roldán era algo que se repetía sin parar, y es que no para, desgraciadamente, sigue completamente vigente", reflexiona el director.

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