Crítica 'Las vidas de Grace'

Menores con reparos

Las vidas de Grace. Drama 'indie', Estados Unidos, 2013, 96 min. Dirección y guión: Destin Daniel Cretton. Fotografía: Brett Pawlak. Música: Joel P. West. Intérpretes: Brie Larson, John Gallagher Jr., Kaitlyn Dever, Stephanie Beatriz, Rami Malek, Alex Calloway. Cine: Avenida.

Ambas cortadas por un mismo patrón de fórmula indie, las dos películas de Destin Daniel Cretton, I am not a hipster y esta premiada Las vidas de Grace (Short term 12 en el original), trabajan sobre un mismo esquema dramático que busca sacar a flote, vía camino de redención, los traumas personales e íntimos que azotan a sus treintañeros personajes protagonistas, un rabioso cantante indie en plena crisis existencial en la primera y una perseverante educadora social en un centro de menores en esta segunda.

Bajo la superficie de un realismo made in Sundance, con leves toques impresionistas y banda sonora folkie, no tan lejos, me temo, del llamado cine cristiano como tal vez deseara, Las vidas de Grace atesora ciertos valores fílmicos en su ejercicio de contención dramática y tono naturalista dentro de un esquema que, por otra parte, se nos antoja demasiado previsible en el trazado de una historia de interés social y humano tocada por una imperiosa necesidad, como así se confirma a la postre, de dejar cierto buen sabor de boca (asumir la maternidad como recurso para el borrón y cuenta nueva, todo un clásico de guionista principiante) después de su calculada tormenta de emociones a flor de piel, tensiones juveniles de laboratorio y expiación personal por la vía de la identificación entre la cuidadora, interpretada con bastante arrojo por Brie Larson, y una joven inadaptada marcada por los abusos paternos.

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