Cultura

Paolo Taviani: "Odio que me llamen maestro, me recuerda al colegio"

  • El director de 'Padre patrón' o 'La noche de San Lorenzo' recoge el Giraldillo de Honor compartido con su hermano y presenta 'Una questione privata', primer filme que dirige en solitario

Entre sus metas, los hermanos Taviani aspiraban a adaptar alguna obra de Beppe Fenoglio, un autor "desconocido en Francia y en España, y en realidad también en su país", aunque se trate, defiende Paolo Taviani, de "uno de los mejores escritores" del siglo pasado. "Nos encantaban sus libros, pero siempre nos quitaban los derechos y nos rendíamos", rememora Paolo, que añade que recobró la admiración por este narrador y dramaturgo un día que oyó en una radio a Omero Antonutti, el actor de su película Padre patrón, leyendo un fragmento de Una questione privata. Emocionado por aquel momento, Paolo telefoneó al intérprete "para darle las gracias. Y Omero me dijo: Hace tres minutos me ha llamado Vittorio, para decirme lo mismo".

Paolo Taviani (San Miniato, Pisa, 1931) visitó ayer el SEFF para presentar la película con la que él y su familiar saldan esa vieja deuda, Una questione privata, y recibir el Giraldillo de Honor por una trayectoria compartida en la que los hermanos han dejado para la posteridad títulos memorables como Padre patrón -que les valió la Palma de Oro-, La noche de San Lorenzo, Good morning Babilonia o la más reciente César debe morir, con la que los cineastas, ya octogenarios, conquistaron el Oso de Oro de la Berlinale y demostraron que aún tenían cosas que contar. A pesar de la veteranía y de los logros, Paolo Taviani mostró su incomodidad ante la etiqueta de maestro. "Maestro nunca. Siempre he odiado la escuela, me fue fatal y ese término lo identifico con los profesores", afirma este realizador, que bromeó por su longevidad con "estar entrenando para igualarse a Oliveira [en activo hasta su muerte a los 106 años]" y confesó no tener intenciones de retirarse. "¿Y qué hago? Leer ya he leído mucho, he visto mucho cine...", dijo, antes de poner como ejemplo a sus paisanos Verdi, que compuso Falstaff a los 84 años "y descubrió con esta ópera una nueva forma de hacer música", y Miguel Ángel, "que a los 89 años estuvo trabajando hasta días antes de fallecer en la Piedad Rondanini. Perdonadme si me comparo con ellos, pero yo estoy llegando a ese punto", afirmó no sin ironía.

"Vittorio y yo pensamos que la originalidad es imposible. Vivimos sobre los hombros de otros"

Una questione privataes el primer largometraje que Paolo dirige en solitario, aunque Vittorio coescribió el guión y siguió desde la distancia el rodaje. "Veía vídeos de lo que grababa, hablábamos por teléfono y comentábamos las escenas", detalla el menor de los Taviani, que se sintió arropado por un equipo "muy afectuoso, todos me trataban con muchísimo cariño. Decían que cuando terminaba de rodar una escena volvía, de manera inconsciente, la cabeza buscando a mi hermano, que no estaba allí".

Sobre el filme, que se centra en un partisano que busca a un amigo capturado por los fascistas, Taviani aludió a una carta que escribió Fenoglio -partisano como su protagonista- en la que declaraba que no quería ser recordado como "el cantor de la resistencia" y aseguraba que su libro era principalmente "una historia de amor". Un argumento por el que asoma un triángulo amoroso, "algo que se ha contado muchas veces, que ha dado pie a películas horrorosas y a obras maestras. Vittorio y yo creemos que la originalidad es un mito; vivimos sobre los hombros de los demás, que nos sostienen".

Taviani, que dijo sentir "envidia" cuando ve el cine del precoz Xavier Dolan, aseguró que "un joven lo tiene más fácil ahora para contar lo que quiere. Antes, cuando en Italia queríamos hacer fantasía recurríamos a trucos malísimos, hoy hay una técnica. Pero, ojo, cuando tienes muchas posibilidades es como si tienes un plato muy lleno... Corres el peligro de sufrir una indigestión".

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