Salir al cine en Sevilla

Planes de cine en Sevilla para la semana del 7 al 13 de marzo

  • El veterano Clint Eastwood (88 años) no tira la toalla y sigue empeñado en seguir agitando la bandera del mejor cine clásico norteamericano en tiempos de posmodernidad líquida y blanda. 'Mula' lidera los estrenos del fin de semana en el que otros ciclos y proyecciones celebran el Día Internacional de la Mujer.  

Clint Eastwood dirige y protagoniza 'Mula', el estreno destacado de este fin de semana.

Clint Eastwood dirige y protagoniza 'Mula', el estreno destacado de este fin de semana.

El viejo Clint Eastwood se cuela con su historia de redención y furia entre las numerosas propuestas femeninas de la cartelera y otros ciclos (Cicus, Tres Culturas) que celebran el Día Internacional de la Mujer. A Movistar+ llega también una de las mejores películas española de 2018, Mudar la piel, de Ana Schulz, un documental sobre la extraña amistad entre un mediador entre ETA y el Gobierno y un agente secreto.   

Queremos tanto a Clint (Eastwood)

Hace ya unas cuantas películas que nos reconciliamos definitiva y retroactivamente con Clint Eastwood, también con lo que representan él y su cine en esta era de lemas blandos y políticamente correctos disfrazados de posmodernidad biempensante. Sí, es posible que Eastwood sea un abuelo conservador o reaccionario, un personaje molesto que no regala el oído a los discursos dominantes, pero también es el último cineasta posclásico empeñado, por ejemplo, en reflexionar sobre lo que significa ser héroe (un héroe a su pesar) entre tantos superhéroes de diseño franquiciado.

Clint Eastwood ante el espejo en una imagen de 'Mula'. Clint Eastwood ante el espejo en una imagen de 'Mula'.

Clint Eastwood ante el espejo en una imagen de 'Mula'.

Mula suena a película de despedida, aunque esperemos equivocarnos. Una película en la que el director se recupera también como intérprete magro, prolongación o variación de su personaje en Sin perdón o Gran Torino, dispuesto a dar un último golpe cuando las fuerzas fallan y la mala conciencia acecha de manera inexorable. Como en la trilogía formada por El francotirador, Sully y El 15:17, Tren a París, Mula parte de un personaje y unos hechos reales para elaborar con ellos un relato de redención que sirva a la vez como summa de una obra de peso, declaración de principios y despedida ante lo que pueda venir.

Ver y escuchar al viejo y arruinado Clint entre narcotraficantes mexicanos y perseguido por el FBI mientras intenta poner paz y orden en su vida familiar se nos antoja el espectáculo crepuscular más estimulante que pueda ofrecer el cine norteamericano en pleno 2019, más aun si, como cabe esperar, se conjuga en ese estilo sobrio, directo y depurado al que nos tiene acostumbrados.

Nathalie Poza y Hugo Silva en una imagen de '70 Binladens', de Koldo Serra. Nathalie Poza y Hugo Silva en una imagen de '70 Binladens', de Koldo Serra.

Nathalie Poza y Hugo Silva en una imagen de '70 Binladens', de Koldo Serra.

Destacamos tres estrenos más de este fin de semana: 70 binladens, un thriller de robos de Koldo Serra con Emma Suárez y Nathalie Poza, el retrato íntimo de dos mujeres arruinadas que ofrece la cinta paraguaya Las herederas, y la francesa Háblame de ti, un nuevo retrato de superación con el aliciente de ver en acción al gran Fabrice Lucchini.

La (otra) película de la semana

Ganadora del Premio del Público en el pasado SEFF, la cinta islandesa La mujer de la montaña viene repleta de buenas intenciones y mucha música incidental en pantalla para proponer un original cuento moderno sobre las pequeñas batallas personales contra la cara menos amable del capitalismo. Halldóra Geirharðsdóttir encarna a una mujer valiente dispuesta a sabotear al mismísimo gobierno con tal de conseguir un mundo más justo y habitable para todos.

Halldóra Geirharðsdóttir, protagonista por partida doble de 'La mujer en la montaña'. Halldóra Geirharðsdóttir, protagonista por partida doble de 'La mujer en la montaña'.

Halldóra Geirharðsdóttir, protagonista por partida doble de 'La mujer en la montaña'.

Otras pantallas

Tras el paréntesis festivo, regresa al Cicus (lunes 11, 20:00h., entrada libre) el espléndido ciclo dedicado al maestro japonés Kenji Mizoguchi, y lo hace con otro de sus sublimes melodramas femeninos pertenecientes a su última etapa en los años 50, La mujer crucificada (1954), un nuevo retrato (contemporáneo) sobre el lugar y el sacrificio de la mujer en la sociedad japonesa protagonizado por la gran Kinuyo Tanaka, en el papel de la propietaria viuda de un prostíbulo y madre de una joven estudiante.

Kinuyo Tanaka y Yoshiko Kuga en 'La mujer crucificada' (1954), de Kenji Mizoguchi. Kinuyo Tanaka y Yoshiko Kuga en 'La mujer crucificada' (1954), de Kenji Mizoguchi.

Kinuyo Tanaka y Yoshiko Kuga en 'La mujer crucificada' (1954), de Kenji Mizoguchi.

En la Fundación Tres Culturas, los ‘Martes de cine’ conmemoran el Día Internacional de la Mujer. Este próximo día 12 (20:30h., entrada libre) se proyecta la cinta franco-marroquí Apatride (2018), de Narjiss Nejjar, que cuenta la historia de un desigual matrimonio de conveniencia entre una mujer joven en busca de su madre y un anciano en pleno conflicto entre Argelia y Marruecos en 1975.

Cine en plataformas

Es momento de recuperar (Movistar+) uno de los mejores filmes españoles de 2018, el documental Mudar la piel en el que Ana Schulz se acerca a la figura de su padre, Juan Gutiérrez, mediador entre ETA y el Gobierno en los años de plomo del “conflicto vasco”, y a su amistad con Roberto Diez, quien con el tiempo se descubriría como agente secreto. Un retrato que lo es a un tiempo de un periodo convulso pero también el de una extraña relación fundada en la confianza que, sorprendentemente, se mantendría con los años a pesar de la traición. Schulz deconstruye los hitos de este vínculo desde los testimonios de Gutiérrez, su esposa y Diez en las horas previas a su salida definitiva de la cárcel, apoyándose además en material de archivo.

Juan Gutiérrez, mediador, en una imagen de 'Mudar la piel', de Ana Schulz. Juan Gutiérrez, mediador, en una imagen de 'Mudar la piel', de Ana Schulz.

Juan Gutiérrez, mediador, en una imagen de 'Mudar la piel', de Ana Schulz.

Pero lo más interesante llega cuando los propios límites de la investigación, contada en clave de thriller, topan con un muro que obliga a un giro y a una lectura que revela los mecanismos de una (necesaria) ficción ahí donde pensábamos que sólo estaba la realidad. Mudar la piel se revela así como una propuesta doblemente fascinante en su condición de relato sobre un extraño vínculo de amistad en el nudo de la Historia, al tiempo que mecanismo autoconsciente sobre los límites de todo discurso documental.