Ama | Crítica

Mujer madre hija

La niña Leire Marín y Tamara Casellas, premio a la mejor actriz en el Festival de Málaga.

La niña Leire Marín y Tamara Casellas, premio a la mejor actriz en el Festival de Málaga.

Presentada en el pasado Festival de Málaga, donde su protagonista, la sevillana Tamara Casellas, consiguió el premio a la mejor actriz, Ama parte de un corto previo de la joven Júlia de Paz y viene a resucitar con acento andaluz aquel cine social de corte realista de finales del siglo pasado, piensen en los Dardenne para entendernos, que busca en la observación paciente, el ciclo temporal acotado y el seguimiento exterior de las acciones una cierta revelación catártica para sus atribulados y sufrientes personajes.

Se trata aquí de una mujer de mediana edad que subsiste con trabajos precarios en la noche turística y que se ve pronto expulsada a las calles de la ciudad con su hija de seis años. Planteada el drama íntimo del vagabundeo y la supervivencia con un punto de desesperación, Ama lucha internamente entre la fidelidad a su pretendida distancia neutral hacia un personaje a todas luces antipático y opaco, y esos obstáculos en su camino de huida a ninguna parte que, ya lo intuíamos, tienen mucho que ver con los propios traumas familiares como origen del desconcierto existencial y la debilidad del vínculo con la hija.

Y es ahí donde no siempre se compensan y equilibran ambos niveles y donde asoman demasiado las costuras de la guionista por debajo de la solvencia de la cineasta, véanse ese careo forzado con el propietario del hostal o algunos azares dramáticos que hacen a este cronista cuestionarse puntualmente la verosimilitud.

Con todo, es Ama una película de su tiempo que alumbra nuevos perfiles incómodos de la maternidad o la feminidad y que tiene en la neófita Casellas a su mejor baza para adentrarse en las complejidades y contradicciones de un personaje que no nos pide nunca que estemos necesariamente de su lado.