Matthias & Maxime | Preestreno en Filmin

Los amigos de Dolan

Gabriel D'Almeida y Xavier Dolan son Matthias y Maxime en el filme.

Gabriel D'Almeida y Xavier Dolan son Matthias y Maxime en el filme.

Con 31 años, el canadiense Xavier Dolan tiene ya ocho largometrajes a sus espaldas, todos ellos bien acogidos y mimados por Cannes y sus distribuidores internacionales, todos esperados y celebrados por cierta cinefilia millennial que ha querido ver en sus cuitas generacionales y familiares y en su sello iconoclasta y pop un referente autorial con el que identificar el cine del nuevo siglo.

Tras la merecida debacle crítica de The death and life of John F. Donovan, donde ni siquiera la presencia de Kit Harington y Natalie Portman consiguieron llevar el proyecto a audiencias más amplias, Matthias & Maxime, que se puede ver en primicia hoy viernes y mañana sábado en Filmin antes de su estreno en salas en fecha aún indeterminada, supone un cierto repliegue a sus temas, ambientes y lugares familiares, a saber, un regreso a esos jóvenes de su quinta (él mismo se reserva una vez más un papel protagonista), treintañeros de clase media y vida suburbial en la Canadá francófona, y a sus vidas, conflictos y dudas pequeño-burguesas, aquí focalizadas en la esquiva relación romántica entre los dos chicos que dan nombre al filme y que se buscan y desean con la mirada y el gesto en los días previos a que uno de ellos parta de viaje a Australia.

Si la primera parte del filme apunta a una irritante reunión de fin de semana de amigos parlanchines e insustanciales, el resto del filme se asienta en la reconstrucción más pausada y explicativa de las trayectorias y el talante de los dos protagonistas, su entorno y esos encuentros en los que la tensión sexual, la frustración, el deseo y el enamoramiento callados activan una puesta en escena que se quiere sensorial y atenta a los detalles aunque venga inevitablemente trufada de esas escenas videocliperas marca de la casa del director de Lawrence Anyways, Mommy y Sólo el fin del mundo.

Ahí donde la pulsión homosexual era tratada de manera abierta o explícita en cintas anteriores, Matthias & Maxime prefiere sublimarla desde la ocultación y la intimidad, en una salida del armario a media puerta con la pretensión de intensificar aún más lo reprimido. Alrededor, el retrato de usos, costumbres y tipos secundarios (de los amigotes a las madres, todas muy dolanianas en sus excesos), queda como muleta de distracción y relleno más pensada para alargar el intenso flujo de deseo y la cuenta atrás hacia la despedida que para acompañar o ayudar a entender mejor lo que late bajo la piel de los amantes secretos.