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'Las furias', una tragicomedia sobre la familia, la palabra y el amor

  • Tras inaugurar la Seminci, el debut en largometraje de Miguel del Arco llega ahora a los cines.

El dramaturgo Miguel  del  Arco.

El dramaturgo Miguel del Arco. / Efe

El dramaturgo y director teatral Miguel del Arco debuta en el largometraje con la película Las furias, una tragicomedia sobre la familia, la palabra y el amor que cuenta con un reparto coral y llega ahora a los cines, tras haber inaugurado la Seminci de Valladolid.

Del Arco explica que decidió hablar sobre la familia en su ópera prima porque en ella "está todo" y permite hablar de lo que uno quiera. En concreto, Las furias narra el encuentro de una familia en la casa familiar de verano que posee en algún lugar de la costa norte española.

Para esta puesta de largo en el celuloide, donde antes ya había ensayado con varios cortos, Del Arco se ha rodeado de un elenco con formación teatral y también con una basta experiencia en cine: José Sacristán, Mercedes Sampietro, Bárbara Lennie, Macarena Sanz, Alberto San Juan, Gonzalo de Castro, Carmen Machi o Emma Suárez, entre otros.

Del Arco admite que no habría podido hacer esta película sin un elenco "con la disciplina del teatro, el manejo de la palabra, del cuerpo, del sentimiento de compañía y la generosidad, por el compromiso que exige".

En este sentido, señala que su mayor miedo en esta primera película ha sido no ser capaz de llevar adelante todo, así como "luchar contra la frustración". "El cine obliga a estar en grado de tensión, a dar lo mejor, no hay lugar para relajarse, y eso te afila. Hay que condensar en planos, dosificar y pensar en lo que queda por hacer, un permanente jaleo cerebral", explica.

Años después de oír que sus obras estaban contaminadas de cine, tras filmar su primer largometraje las opiniones sobre la influencia de la dramaturgia en esta ópera prima no han faltado: "Todo lo que he hecho tiene que ver con la narrativa, hay algo en mi cabeza que piensa mucho en cine y algo profundamente en teatro", afirma.

José Sacristán da vida en esta película al padre de esta familia, un hombre con Alzheimer, con una exitosa carrera teatral a sus espaldas, que representa al "provocador" de esta película, puesto que ha bautizado a sus hijos con nombres de tragedias griegas como si eso marcara unas pautas de comportamiento.

Sacristán comenta que se trata de una propuesta "arriesgada", puesto que tiene "resonancias que remiten a la tragedia griega", algo que guarda relación con lo que realmente le atrae de la profesión. "Me dedico al cine por lo que tiene de juego, al intentar hacer creer a los otros que soy el que no soy", indica.

A la hora de escoger proyectos, Sacristán busca "aventura" y un "personaje" que llame la atención. Tras 60 años de carrera, se siente un privilegiado por poder seguir compartiendo su profesión con "gente joven". Miguel del Arco, veterano de las tablas pero nuevo en largometraje, se suma a una lista que completan cineastas como Carlos Vermut (Magical girl), Kike Maíllo (Toro) o Nacho G. Velilla (Perdiendo el norte).

Por su parte, Alberto San Juan, que da vida en esta cinta a uno de los hermanos de esta historia, considera que "las familias son fruto de la sociedad y del momento histórico" y son "un centro de reproducción del orden social". En opinión del actor, que también es padre, es "difícil" ser padre y tener una visión crítica, puesto que habitualmente "los padres educan a sus hijos con los valores dominantes en la sociedad". 

Un miembro del jurado de la Seminci dijo que Las furias era un "claro reflejo de lo que ocurre en España", según recuerda Del Arco. En este sentido, el director cree que "lo que ocurre en el microcosmos de la familia es extrapolable al macrocosmos de la sociedad". "Es difícil pactar, usamos la palabra como arma arrojadiza en vez de elemento de cohesión", dice.

En este sentido, y preguntado por las esperanzas desde el sector cinematográfico y teatral, el dramaturgo confía en que las cosas mejores, en especial el 21% de IVA. "Íñigo Méndez de Vigo ha sido la cara amable de Wert, pero eso está tirado, hay que ver qué va a hacer. Se acabó la soberbia, ahora hay que contar con los demás", añade.

Para Sacristán, los tiempos "no corren a favor" de la cultura y "tampoco hay sensibilidad por parte de la administración", en concreto en lo referente al IVA del 21%, algo que considera "insolente y provocador". A título personal cree que no puede quejarse -a sus proyectos cinematográficos se suman los teatrales- pero le gustaría que el riesgo de dedicarse a este oficio no pasara del artístico o metafísico.

San Juan, aunque considera que se está haciendo "muy buen cine" en España, cita el estudio de AISGE, que revela que solo un 10% de actores trabaja de forma estable, una "precariedad" a la que también suma el IVA: "No supone nada para sus cuentas, tiene eficacia a la hora de desmantelar la cultura, pero no recaudatoria".

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