Operación Overlord | Crítica de cine

Simulacro de serie B con nazis y zombis

Una imagen de la película.

Una imagen de la película.

Operación Overlord fue el nombre en clave del ataque contra la Alemania nazi en el frente occidental, iniciada el 6 de junio de 1944 con el desembarco en Normandía. En los meses previos se puso en marcha otra, la Operación Bodyguard, para despistar a los alemanes con estrategias de desinformación e infiltración de pequeños grupos tras sus líneas.

En estos parámetros se sitúa esta película –un comando de paracaidistas se infiltra tras las líneas enemigas antes del Día D– que, sin embargo, resulta no ser una película bélica en el sentido histórico, sino una fantasía que deriva hacia el terror más sanguinolento en la línea abierta hace una década por la noruega Zombis nazis y por abundantes videojuegos hemoglobínicos. Aunque en realidad con raíces mucho más antiguas si nos remontamos al Dr. Von Altermann, que interpretó John Carradine en la más bien penosa película de 1943 Revenge of the zombies, de la que esta Operación Overlord toma su idea central.

Produce esta cosita entretenida para quien se deje entretener por estas fantasías de casquería el triunfador director y productor J.J. Abrams y la dirige el australiano Julius Avery, que se dio a conocer en 2014 con Son of a Gun. En su segunda película, se muestra más rutinario y más dispuesto a ser un engranaje en una máquina millonaria. El resultado es lo suficientemente chirriante como para gustar al público que se nutre, no de cine, sino de series y clips a través de dispositivos móviles y de videojuegos.

Un arranque potente y puramente bélico da paso a una acumulación de truculencias entre las que ni tan siquiera se evita el recurso a los experimentos médicos nazis, tema delicado donde los haya aunque se ablande con un toque a lo Marvel –la búsqueda de los supersoldados– que esquiva la sombra de Mengele. Pero no importa. Todo sirve para el espectáculo.

Aun al precio de que muchos jóvenes crean que los nazis son una creación de videojuegos, confundan a Göring con Darth Vader y la realidad histórica del nazismo con la ficción de los zombis. En fin, podría ser peor. Y difícilmente mejor. La cosa da para lo que da.

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