Crítica 'Capitán América: Civil War'

También se puede hacer buen cine con superhéroes

Capitán américa: civil war. Superhéroes, EEUU, 2016, 147 min. Dirección: Anthony Russo, Joe Russo. Guión: Christopher Markus, Stephen McFeely. Fotografía: Trent Opaloch. Música: Henry Jackman. Intérpretes: Chris Evans, Robert Downey Jr., Scarlett Johansson, Sebastian Stan, Anthony Mackie, Don Cheadle.

El cine de superhéroes entró en el terreno de las superproducciones multimillonarias en presupuesto y recaudación con el Superman de Donner (1978), tras intentar infructuosamente salir de la serie B en los años 60 con títulos fallidos como Batman (Martinson, 1966), Modesty Blaise (Losey, 1966) o Barbarella (Vadim, 1968). Tras la resurrección del cine de aventuras fantásticas gracias a La guerra de las galaxias (1977) y la puesta a punto de los efectos especiales por ordenador entre 1973 (Almas de metal) y 1982 (Star Treck 2: la ira de Khan y Tron), la industria, la técnica y el público estaban listos. En 1989 el Batman de Burton inició la edad de oro de los superhéroes que, 27 años más tarde, parece lejos de estar agotada.

Algunos, supongo que los más mayores, sí estamos agotados de tipos en mallas y efectos especiales. Por eso agradecemos que se nos dé algo más que músculos y digitalización. Este es el caso de Capitán América: Civil War, intento conseguido de aunar efectos e inteligencia, espectacularidad y sustancia argumental. Aunque parta de ideas ya explotadas -el superhéroe que pierde el favor de los ciudadanos y del gobierno (los Watchmen: ¿quién vigila a los vigilantes?) y el enfrentamiento entre ellos (sigue en pantalla la lamentable Batman Vs. Superman)-, todo parece original en esta película gracias a la inteligencia de su guión y, sobre todo, a la precisión de su dirección.

Entrenados en el fascinante mundo de C. S. Lewis al adaptar las Crónicas de Narnia y autores del original guión de Dolor y dinero, Christopher Markus y Stephen McFeely han sido el mejor fichaje posible para llevar del cómic al cine la trilogía del Capitán América dirigida por Joe Johnston (El primer vengador, 2011) y los hermanos Anthony y Joe Russo (El soldado de invierno y Civil War). Los Russo son unos erráticos directores cinematográficos (la estimable Bienvenidos a Colinwood -remake de la genial Rufufú- y la fallida Tú, yo y ahora Dupree) y unos expertos realizadores televisivos (las premiadas series Arrested Development o Community) que han encontrado su sitio en el cine de superhéroes.

El guión, sumando los dos tópicos de los superhéroes bajo sospecha y su enfrentamiento, presenta un gobierno y una opinión pública hartos de unos Vengadores que se toman demasiadas libertades y causan demasiados daños en su lucha contra los villanos. Hay que vigilar a los vigilantes, el Estado debe poner límite a estos tipos que le arrebatan su monopolio legal de la violencia. Esto rompe en dos facciones, una capitaneada por el Capitán América y otra por Iron Man, a los Vengadores pro o antigubernamentales. A quienes les gusta filosofar con personajes de tebeo esta película les ofrece motivos para hacerlo sin excederse: ¿son más fiables las limitaciones e intereses no confesados del Gobierno que las súper mentes de los desinteresados Vengadores? ¿Late tras el enfrentamiento entre los superhéroes una especie de lucha de clases?

Lo mejor es la dirección de los hermanos Russo. Precisa, la he llamado, porque administra drama (por increíble que sea), conflicto político (por inverosímil que sea) y espectacularidad (nunca grosera) con sabiduría de farmacéutico antiguo utilizando un peso de precisión. Nada sobra, nada falta, todo se equilibra, la película fluye sin tener que recurrir a los efectos para salvarse y los efectos no frenan el desarrollo de la acción. Esto la convierte en un gran, entretenido y divertido espectáculo que no atrofia la inteligencia.

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