Santiago A. Zannou. Director

"El respeto y el compromiso es lo que define al cine africano"

  • El joven cineasta madrileño, de padre africano, ha inaugurado la presente edición del FCAT. Asegura que el festival le ha servido para conocer África y sus orígenes

Llegó hasta Tarifa hace dos años a la llamada del Festival del Cine Africano, en su mochila portaba tres premios Goya -uno al mejor director novel- conseguido por su película El truco del manco, atraído por conocer el cine de la otra orilla. Se trataba también de reencontrarse con sus orígenes, pues su padre es de Benin y hace varias décadas que abandonó su país en el barco de la inmigración.

El FCAT le despertó quizás, sus ansias por conocer más de sí mismo, de sus antepasados y como él asegura con rotundidad, le sirvió para conocer África.

-¿La puerta del no retorno es una película surgida en el FCAT?

-Si, si. La verdad que la idea de hacer una película con mi padre, regresar con él a su tierra 40 años después, la fui forjando desde hace mucho tiempo, pero la verdad es que en Tarifa viendo a otros cineastas africanos, viendo películas que se habían rodado en África, me animó mucho a tirarme a la piscina y a decir bueno, el año que viene va a ser mi momento. Recuerdo que cuando vine a la sexta edición del festival conversé con numerosas personas a las cuales les fui comentando mi deseo de hacer esta película. Sí, en Tarifa estuvo el germen de La puerta del no retorno.

-¿Entonces se puede entender que el festival le ha servido para poner luz e imagen a un deseo de conocimiento interior?

-Indudablemente sí. Además el otro día lo hablaba con la directora del Festival de Cine Africano de Tarifa, Mane Cisneros. Aquí pensé hacer una película sobre mi padre. He tenido la suerte de inaugurar el festival con la película, y he tenido la suerte de que mi padre viese dentro del festival la película. Por lo que de alguna manera he cerrado un ciclo hermoso. Indirectamente el FCAT, se puede decir, que a mí me ha ayudado a cerrar viejas heridas.

-¿Es esta película, un punto de inflexión tras sus otros tres trabajos?

-Bueno ahora vamos a hacer otro tipo de película, otro presupuesto, otra producción con Morena Films y basado en una novela de Carlos Bardem. Pero antes de acceder a realizar una película de gran presupuesto era necesario e importantísimo encontrarme. Encontrar mi raíz, encontrarme a mi verdad, saber quién soy. Entonces, y a pesar de que aún me queda una larga carrera por delante, sí que considero que es un punto de inflexión en cuanto a mi propia persona.

-Y esa búsqueda interior, a través de este último trabajo, ¿ha sido dura?

-Terrorífica. Creo que una cosa que sí que notan los espectadores es que la película les llega mucho. Es muy bonito ver como el otro día en el Alameda había más de 200 personas emocionadas y llorando. Pero esas lágrimas las he tenido que verter yo antes, las he tenido que vivir yo antes. Indudablemente hacer una película con tu padre es dura, pero…hacer una película en la que tú estés viendo como a él le ha pasado el tiempo por encima. Descubrir el inmigrante que tiene dentro y cómo ha sufrido por ello, si eres persona ya te duele pero si encima es tu padre, te duele un poco más. Es una película que nos ha costado a todos hacerla. Era complicada a nivel técnico con una única oportunidad de hacer los tiros, porque había que captar las emociones de mi padre en el momento. Emocionalmente nos ha tocado mucho este trabajo.

-¿Y avisaba a su padre de lo que ocurriría durante el rodaje de cada toma?

-Sí. A mí padre le tenía todo el rato en marcaje porque sabía que le iba a ocurrir y hablábamos de lo que íbamos a rodar. Por ejemplo, le decía, 'papá tu te imaginas que mañana rodamos en la tumba de tu amigo', y el me contestaba; 'eso va a ser muy duro y muy fuerte y tal'. Se trataba de una pequeña venganza -sonríe-. Pero mi padre se lo tomó todo muy serio porque en el fondo no estábamos hablando de él sino de muchos inmigrantes y de todas las personas que han abandonado su hogar.

-Por último, dos cuestiones: ¿qué le ha descubierto el FCAT como cineasta y que le ha descubierto el cine africano?

-Este festival como cineasta me ha abierto un mundo que desgraciadamente no es muy conocido. Un cine que no es una mirada ni paternalista, ni apocalíptica, ni estereotipada. Porque siempre que se habla de África se tiende a caer en tópicos como las guerras, el hambre, el VIH. Me ha descubierto una mirada propia, limpia, con los pies en el suelo que me ha hecho creer más en mí mismo. Y respecto a la otra pregunta te diré que el cine africano me ha descubierto África. África es un gran continente que no conocemos muy bien. Y que hay un grupo de cineastas que con su esfuerzo, mucho; y con su energía, mucha; y con su esfuerzo, mucho -tardan hasta seis años en levantar una película-; y su confianza en su trabajo nos enseñan a tener respeto hacia nuestra profesión. Porque en muchas ocasiones se tiende a pensar que los cineastas tenemos que ser jóvenes, guapos, ricos y famosos y no. El cine es una responsabilidad. Está hecho para transmitir. Y si está algo claro es que el cine africano está hecho para transmitir y no con una visión industrial como está hecho en occidente. Entonces, respeto y compromiso son las dos palabras que definen al cine africano.

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