Carlos Suárez y Dulce dan vida a la cafetería vinatería El Parque del vino, situado en una calle peatonal justo frente al Parque de las Ciencias de Granada –en lo que antes era la puerta principal y ahora el parking de los autobuses del museo– “un cambio que nos hizo algún daño, pero al que hemos sobrevivido”, comenta orgulloso Carlos Suárez mientras sirve un café con una sonrisa en la cara. Él y su mujer llevan doce años, recién cumplidos en febrero, al frente de este negocio.

Uno de los principales atractivos de su local es que cuenta con una terraza con ocho mesas abierta todo el año. “Al estar en una zona peatonal, los niños pueden jugar tranquilamente sin peligro de coches”, señala. El Parque del vino es una esquinita perfecta para tapear y degustar buenos caldos, haciendo honor a su nombre. Suárez confiesa que es “un apasionado del vino”, de hecho, el bar cuenta con una selección de caldos con un total de cerca de 50 referencias, asegura.

La otra estrella que brilla tras los fogones es Dulce “tenemos una cocinera estrella Michelín y un camarero muy guapo”, bromea Suárez. Eso sí, que no falte el sentido del humor tras la barra, mientras pone sobre la mesa la carta que recoge todo lo que sale de la cocina: raciones, platos combinados, bocadillos...

Lo cierto es “no hay rejos como los míos en toda Granada”, dice orgullosa Dulce, según comenta la clientela que vienen pidiéndolos exclusivamente. Además, señalan que cada día hay algo nuevo, que sale en forma de tapa del día, y los fines de semana tenemos arroz y migas con rejos. Otra de las delicias son las patatas a lo pobre o los callos. “Tenemos muchas cosillas ricas”, indican. Además, en El Parque del vino también se sirven desayunos. Un lugar muy agradable.