Cómete Granada

La Taberna de María, recupera el sabor de la tapa clásica

  • La tasca, ubicada cerca de la Plaza Fontiveros, ofrece bocados como la tapa de pringá o tortilla de gambas y calabacín

Tapear en el Zaidín a veces es una tarea complicada. Si eres de los que huye de la fritanga y disfruta de la comida casera y preparada sobre la marcha la Taberna de María es una buena opción. Ubicada en la Calle Primavera, a un minuto de la Plaza Fontiveros y con un ambiente acogedor, esta taberna, que abrió hace dos años, es un rincón por descubrir para muchos. Así que toca probar sitios nuevos.

Tras la barra María Ruiz y en los fogones, José Miguel ‘Chemi’ Camero aderezan mediodías y noches agradables con su buen hacer. Albaicinera y zaidinero hacen el tándem perfecto.

Chemi, el cocinero con dilata experiencia, comenta que su idea principal era “recuperar las tapas clásicas de Granada, las de finales de los 80”. Quienes frecuentaban El Viajante y la Alpujarra en la calle Ancha de Gracia algo les sonará la tapa de pringá (más apetecible en invierno). El perrito clásico es otro de los bocados recuperados y que pueden saborearse en la Taberna de María, “mejor que el de Aliatar”, presume Chemi. Entre las tapas destaca el chorizo al infierno, – “no hay otro chorizo como este; está buenísimo es de Beas de Granada”, apunta–; la tortilla de la casa con calabacín y gambas, la calabaza frita, el pisto gratinado con parmesano, la tosta de atún, la fritailla de la abuela o la ensaladilla de pulpo. Chemi desvela que los verdaderos secretos de sus tapas es que “trabajamos con productos frescos y del día, nada congelado” y añade como pieza exquisita de sus recetas el pan –bollitos– del horno de Gabriel de Alfacar. Lo cierto es que son aperitivos muy trabajados y sin añadidos de patatas fritas, ni similar.

En la Taberna de María también se pueden tomar raciones –de huevos revueltos, costillas al ajillo, Cappellottis...–o tostas –de tortilla de la casa, gorgonzola con anchoas, tocino ibérico y tomate...–. 

Los clientes señalan como un punto muy positivo “lo bien cuidado que está el baño”, que es compartido por hombres y mujeres. 

La taberna es pequeña y los viernes se llena. Es aconsejable ir otro día para disfrutar al máximo del buen ambiente, acompañado de buena música y compañía con precios razonables, una cerveza aquí cuesta dos euros. Una parada obligada si estás por la zona.

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