Cómics

El mundo saqueado

  • Frederik Peeters narra en 'Saqueo', especie de poema en imágenes, la desolación y el desastre social y ecológico al que se enfrenta la humanidad en pleno siglo XXI

El mundo saqueado

El mundo saqueado

Volvemos al nuevo curso con tres estupendos títulos de Astiberri, que no deja de tentar a los lectores con una oferta variada y sólida. El primero de ellos, y el que he escogido para ilustrar esta nota es Saqueo, del ginebrino Frederik Peeters, uno de los nombres propios de la historieta europea contemporánea. Peeters ha dejado para la historia series monumentales como Lupus o Aama y títulos de la importancia de Píldoras azules, y, últimamente, había vuelto a librerías con una fantasía más ligera, El hombre garabateado (con guion de Serge Lehman) y esa especie de continuación espiritual de Píldoras azules que es Oleg, de las que ya le hablé en su día. Todo esto está en el catálogo de Astiberri, y la editorial vasca nos trae también Saqueo, una novela gráfica arriesgada y rabiosamente distinta. Peeters renuncia aquí al texto para narrar en una especie de poema en imágenes la desolación y el desastre social y ecológico al que se enfrenta la humanidad, por obra de la propia humanidad, en pleno siglo XXI. Inquietante, hermoso, conmovedor y misterioso, Saqueo ofrece una mirada al final del camino acercándose a los propios límites de la historieta. Como dice Laurence Houot: "cada página debe ser escrutada o contemplada como una pintura, la ausencia de texto deja al lector libre para leer o proyectarse como quiera en esta historia alucinada". Una pasada que les recomiendo encarecidamente.

Otro tipo que se ha ganado un puesto entre los dibujantes más significativos de cómic del panorama actual es Guy Delisle, con su peculiar fusión del reportaje y el género autobiográfico, a través de una propuesta estética magistralmente sencilla. Crónicas de juventud es la siguiente parada en el camino de que nos ha llevado a Shenzhen, Pyongyang, Birmania y Jerusalén, solo que aquí, Delisle no viaja en el espacio, sino en el tiempo, para llevarnos a su juventud, a los tres años que trabajó en una fábrica de papel de Quebec, antes de convertirse en el célebre historietista que es hoy. El álbum tiene todos los elementos que lo han hecho una referencia ineludible, la capacidad de observación, los personajes inolvidables, la limpieza narrativa, etc. Jean Dominic Leduc, de Les Libraires, opina que este es "no solo el libro más personal de su carrera, sino el mejor", y no diría yo tanto, pero sí que está en la línea de los mejores.

Por último, les quiero recomendar también El verano de su vida, la novela gráfica del escritor alemán Thomas von Steinaecker y la también alemana Barbara Yelin, una dibujante que merece toda nuestra atención. Con Irmina, se hinchó de ganar premios y nominaciones, por su línea expresiva y por su soberbio uso del color como un elemento narrativo propio. Aquí, la pareja creativa nos presenta a la anciana Gerda, que repasa su vida desde el ocaso en una residencia de ancianos. "Cada persona es un mundo y cada muerte es el fin de un mundo", dice Christop Hass en Die Tageszeitung, "rara vez se hace de forma tan inteligente, tan contundente", y, permítanme que añada, tan hermosa.

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