La repostería y la panadería se han convertido en el plan perfecto para estos días de confinamiento. Es una actividad entretenida y que gusta a grandes y pequeños.

Solo hay un pero… Parece que todos los españoles hemos decidido convertir nuestras cocinas en obradores artesanales y se han acabado las existencias de levadura en todos los supermercados de la cuidad. Si eres de los afortunados que aún tienen en su despensa un paquete de sobres de levadura química o, en la nevera unos gramos de levadura fresca, enhorabuena, serás el más envidiado del barrio. Pero si por el contrario, no dispones de ningún de ellas, te proponemos unas alternativas a la levadura que te darán el mismo resultado.

Alternativas a la levadura

En el caso del pan, la mejor de las alternativas es usar masa madre. Es cierto que no es la opción más rápida ya que hay que esperar entre cinco y siete días para poder usarla pero es la opción más sana y el resultado será incluso mejor que todos los panes que hayamos probado hasta ahora. Para conseguir masa madre solo es necesario agua, harina y paciencia.

Agrega agua a la harina seca y déjala reposar durante unos días en un recipiente tapado. Verás como la naturaleza hace su trabajo y en apenas una semana aparecerán burbujas y la mezcla se elevará. Esta fermentación natural puede aprovecharse y, una vez estable, controlarse para producir un pan tan sabroso y saludable que es difícil volver a tomar cualquier otro pan.

En el caso de la repostería (aunque también es válido para hacer pan), si no dispones de levadura fresca ni química, la puedes crear en tu propia casa.

En el caso de los bizcochos, cuando llegue el momento de añadir la levadura, sustitúyela por una cucharadita de bicarbonato de sodio y una cucharadita de zumo de limón o de vinagre de vino blanco. Cuando hagas la mezcla generará un poco de espuma. Ese es el momento en el que lo debes incorporar a la mezcla e introducir en el horno para finalizar la receta.