Motril se rindió ante una de las imágenes más veneradas de la ciudad. Un sonido de unos pasos que hacía tiempo que no escuchaban. La Divina Pastora, patrona del barrio de Capuchinos recorrió el centro del municipio, convirtiéndose en el primer paso procesional en echarse a la calle, después de que se decretase el estado de alarma.

Una imagen portada por su cuadrilla de costaleros que, con paso firme y uniforme, hicieron un recorrido algo más corto del que era habitual pero que fue seguido por centenares de personas, ya que casi nadie quiso perderse la primera procesión que se celebraba en la Costa de Granada, después de que el arzobispo de Granada, Javier Martínez, anunciase el pasado viernes la publicación de un decreto en el que se derogaba al del pasado 30 de diciembre de 2020, donde se suspendían los actos de culto externo o que hicieran uso de la vía pública.

Un primer paso para la vuelta a la normalidad en el mundo cofrade, en el que se vivieron momentos emocionantes como el homenaje rendido a Federico Córdoba, uno de los fundadores de la Real e Ilustre Hermandad de la Divina Pastora de Motril, así como la salida de su parroquia o su vuelta a la iglesia de Capuchinos.

Tras el anunció el pasado viernes del arzobispo, la Hermandad puso en marcha el mecanismo para, en menos de 48 horas, celebrar el día grande de la Divina Pastora de Motril y reunir a todos los devotos de esta imagen para procesionar por las distintas calles.

Paso procesional que no fue el primero en salir a las calles de Motril, ya que el sábado, la imagen de María Santísima de la Victoria, perteneciente a la Cofradía de la Oración de Nuestro Señor de la Humildad en el Huerto de los Olivos y María Santísima de la Victoria, salió en rezo desde la iglesia de Los Agustinos para oficiar un Rosario por las calles de la ciudad.