La alegría, devoción y alguna que otra lágrima se juntan estos días en las calles de Albondón, un municipio de 770 habitantes que multiplica su población en los días grandes de sus fiestas patronales, para festejar a San Luis IX Rey de Francia, y que cuenta con una gran tradición en la producción de vino.

Este rincón, considerado como el balcón de la Alpujarra debido a sus magníficas vistas al mar por su estratégica posición geográfica en la ladera sur de la sierra de la Contraviesa, tiene un origen árabe, motivo por el que, año tras año, coincidiendo con las fiestas, celebran también su tradicional representación de moros y cristianos.

El responsable de realizar esta representación desde hace 23 años, José Sánchez, explica a Granada Hoy que es una de las tradiciones más importantes y con la que se les caracteriza. "La representación de los moros y cristianos, junto a la procesión del santo por las calles estrechas del pueblo mientras se van tirando cohetes en su honor, es algo muy nuestro. No podemos faltar a esta cita".

Cada 25 de agosto, los albondoneros sacan en procesión a San Luis IX Rey de Francia por calles estrechas y serpenteantes, el santo deja a su paso por muchas de ellas parras cargadas de uvas, uno de los grandes símbolos de este municipio con gran tradición vitícola. Tras llegar al templo, los vecinos conducen al santo nuevamente hasta la plaza del ayuntamiento para que "pueda ver la representación de los moros y cristianos". "Es una obra en la que se representa la llegada de los moros a Albondón y como conquistaron el castillo, la iglesia y al santo. Finalmente, los cristianos consiguen recuperar a San Luis y a todo el pueblo, y en lugar de derrotar al enemigo, consiguen que se unan a ellos", señala el responsable de la representación.

Una costumbre que se remonta a tiempos inmemoriales. "Hace poco estuve hablando con un señor mayor del pueblo y asegura que él participó en la obra en 1960, pero creo que se realiza desde mucho antes. Hubo un par de años que no se realizó por diferentes motivos y en el 1999 el alcalde de entonces, me propuso recuperar la tradición y desde entonces se realiza ininterrumpidamente con distintos grupos de jóvenes del pueblo".

'Moros y cristianos' tras la representación

La alcaldesa de Albondón, Margarita Castillo, indica que es una tradición que se perdió durante un tiempo pero que hace más de 20 años que se recuperó. "Los jóvenes son muy participativos, son unas fiestas que se esperan con muchas ganas durante todo el año y en la que participan cada vez desde más pequeños para inculcarles las tradiciones".

La emoción de los que, año tras año, participan en esta representación se siente a flor de piel. De hecho, desde hace un par de años los más jóvenes del pueblo se visten como manda la tradición para procesionar junto al patrón para "incentivar a los más pequeños a que sigan con la tradición y no se pierda". Actualmente, en la representación participan un grupo de vecinos del pueblo con edades comprendidas entre los 50 y los 20. "Yo soy el mayor, pero estos muchachos que me acompañan llevan participando desde que tenían 11 o 12 años, el texto es un poco complicado y es difícil encontrar a alguien que quiera relevarlos", reseña José Sánchez.

Por su parte, Juan Manuel Castillo, uno de los jóvenes que participan en la representación, cuenta que "es algo tradicional del pueblo, desde que tengo conocimiento siempre se ha hecho, y es algo que siempre me ha llamado la atención. Con el paso del tiempo te da pena que se pierdan las tradiciones y por eso seguimos participando cada año. Hay más pueblos donde se realizan los moros y cristianos, pero para mí las de Albondón son únicas, al menos así lo vivimos".

"Me gustaría que las nuevas generaciones participasen y viviesen la misma experiencia que hemos vivido nosotros, hemos luchado porque se mantenga la tradición, pero nos gustaría que entrase gente nueva y nos fuesen relevando ya", señala entre risas.