Con la sombra de la crisis energética planeando sobre Europa, la Costa de Granada se prepara para recibir este otoño un aumento de turistas centroeuropeos que buscan lugares para establecer sus segundas residencias durante largas temporadas en zonas más cálidas. Un tipo de turismo al que los campings de la zona están acostumbrados y que esta temporada comienza a movilizarse antes de tiempo por miedo a quedarse sin reservas.

"Todo apunta a que el otoño va a ser muy bueno en los campings de la provincia, ya se están recibiendo muchas reservas de turistas centroeuropeos, por el miedo a quedarse en su país por si tienen cortes de gas o no van a poder encender la calefacción", explica a Granada Hoy el vicepresidente de la Asociación Provincial de Campings, Álvaro García, quien añade que la afluencia de reservas de cara al otoño se ha incrementado, "se están adelantando, antes incluso venían muchos sin reservar y ahora la tendencia está cambiando, aún es pronto realmente para saber si realmente luego se traduce en más ocupación o simplemente son los mismos clientes que están siendo más previsores y no quieren quedarse sin sitio".

Se trata de un turismo que casi no llega a Andalucía durante el verano. "Estamos muy lejos de Europa Central para venir de vacaciones 15 días en caravana. Necesitas cuatro días para bajar y cuatro para subir, si tienen 15 días se les queda en una semana y prefieren quedarse en Cataluña, País Vasco, Asturias, Cantabria o la Comunidad Valenciana. Aquí vienen en otoño porque vienen para tres o cuatro meses, ahí les merece la pena llegar hasta aquí", indica García.

Durante estos meses en los que predomina la bajada de temperaturas, el 95% de la ocupación que se registra en estos establecimientos son personas jubiladas extranjeras, principalmente de Alemania, Bélgica, Suiza, norte de Italia y Holanda. "Antes teníamos bastante turista británico, pero tras el Brexit se ha ido perdiendo. Solo pueden estar 90 días en territorio europeo y emplean entre 15 a 20 días en bajar porque van muy despacio haciendo paradas de dos o tres días en distintos campings hasta que llegan a su destino, y la vuelta es igual, por lo que no pueden estar largas temporadas", apunta el vicepresidente de la asociación provincial.

Y señala que, pese a que todos los indicadores indican que los datos otoñales serán buenos, temen que el aumento de los precios de las energías les toque de lleno. "Sabemos que la electricidad se nos va a disparar, por ejemplo, y tenemos que ver cómo repercutir de alguna manera esa escalada de costes. Es algo complicado porque si se lo repercutimos directamente nos quedamos sin clientes porque no están dispuesto a pagar esa subida, tendremos que tirar de margen de explotación asumir, parte de esa subida y otro poquito repercutirse al cliente".

El sector llega a la temporada de otoño tras haber cerrado una época estival "bastante buena", con una gran afluencia de público nacional y algo de francés. "Los bungalows han tenido una ocupación muy buena con una reserva anticipada que desde marzo - abril ya estaban casi al 80% de ocupación y se terminó de completar a lo largo de mayo o junio.  Las parcelas de acampada con caravana, autocaravana o tienda de campaña se han ido reservando más tarde, aunque es una tendencia normal. De media en todo el verano se ha estado sobre el 85 - 90% de ocupación", puntualiza el vicepresidente de la Asociación Provincial de Campings.

Varios campistas pasean por las instalaciones

Al hilo, explica que uno de los factores que han influido para tener tan buenos resultados de ocupación se debe a la nueva clientela que se genera en los últimos años con el COVID. "Hay mucha gente que nunca se había ido de vacaciones a un camping, y que a raíz de la pandemia ha buscado alternativas en contacto con la naturaleza, ha descubierto este mundo y ve que está en un entorno seguro, donde los niños pueden disfrutar libremente y coger su bicicleta dentro de un entorno cerrado, ese cliente se ha consolidado. Hemos recuperado el que habíamos perdido por el COVID y hemos ganado a este otro que hemos consolidado. Este año se han juntado los dos: el campista de toda la vida con el que recién está descubriéndolo".

La subida de los costes 

A pesar de los buenos datos de ocupación registrados y de que las previsiones para los meses venideros tan bien son positivas, uno de los problemas a los que se ha enfrentado el sector turístico en general ha sido el aumento de los costes de producción por el incremento en las energías, los materiales o los alimentos en general. Una situación que ha afectado a los resultados finales de los negocios. "Los costes se han disparado, la electricidad, por ejemplo, es un disparate. Ya veremos el sector del camping como se prepara para la próxima temporada de verano, tenemos que buscar una solución porque la cuenta de resultados no va a ser la que debería".

Pero mientras buscan una solución, algunos establecimientos empiezan a equiparse y a transformar poco a poco sus instalaciones para ofrecer un servicio diferenciado. En el caso del camping Don Cactus de Carchuna, han reducido un poco su capacidad para construir una zona más exclusiva. "Hemos hecho una piscina nueva que, aunque se puede usar todo el año, está más pensada en ese turista que viene en invierno. Es cubierta y climatizada, imitando un poco un río y en lugar de tener el fondo de gresite es como de arena. Todo esto lo hemos rodeado de tiendas de glamping, por fuera son como tiendas de safaris de África, pero con todas las prestaciones de un bungalow", cuenta el responsable del establecimiento, Álvaro García.