Sin las tradicionales hogueras, respetando todo lo posible las medidas de seguridad establecidas y con unas "ganas inmensas" tras un año en el que no se han podido celebrar muchas festividades, la Costa de Granada ha podido disfrutar de un sucedáneo de noche de San Juan donde cientos de granadinos y vecinos de provincias limítrofes se han desplazado hasta las distintas playas del litoral granadino para cumplir con la tradición de darse un buen baño o lavarse la cara con el agua del mar, a la espera de un buen año.

Tradición que este año ha estado marcada nuevamente por las restricciones que rige la pandemia y por los bandos realizados por los distintos ayuntamientos de la comarca, que se pusieron de acuerdo en la cancelación de las celebraciones oficiales, a la vez que recomendaban a los ciudadanos que no se reuniesen en grandes grupos, ni organizasen fiestas privadas, algo que no ha impedido que los principales chiringuitos y zonas de restauración de la Costa registraran un magnífico ambiente. Además, aunque fueron muchas las personas que desde primera hora de la tarde se fueron dando cita en distintos puntos de la costa para coger sitio cerca de la orilla para espantar la mala suerte y las vivencias negativas, conforme se fue acercando la hora de prohibición de acampadas, fueron pocos los que prosiguieron en las orillas. 

Y es que la noche de San Juan se ha vivido este año de una forma especial en la Costa granadina, que, tras la vivencia del pasado año con el cierre de las riberas, ha podido disfrutar de parte de la festividad con ausencia de las estelas de fuego iluminando las playas.

Juan y Mari Carmen son una pareja de Jaén de recién casados, y han indicado a Granada Hoy que han aprovechado su nueva situación y los buenos precios que tienen los hoteles de la zona “para pasar en la costa unos días” y vivir la noche de San Juan “de una forma distinta”, además, reconocen que no es la primera vez que la pasan en Motril y que pese a todo “se lo están pasando muy bien”, aunque aún falta mucho para terminarla. Y apunta que pese a que no haya hogueras es mucho mejor que la del 2020 en la que se suspendieron todas las actividades y se cerraron las playas.

O Laura, una joven recién graduada del barrio del Zaidín, que ha aprovechado para pasar unos días con sus amigos en Salobreña antes de irse cada uno a estudiar a un sitio distinto. “Vamos a disfrutar de la noche como se pueda, porque teníamos entradas para la inauguración de un chiringuito y llegando a la casa nos hemos enterado que se cancelaba, pero disfrutaremos igualmente de unos días de descanso”.

Y es que uno de los nuevos locales de Salobreña, y que había despertado gran expectación, tenía previsto abrir sus puertas en la noche de San Juan, pero horas antes de la inauguración avisaban por sus redes sociales que por razones de inviabilidad para “garantizar una noche sin ningún tipo de fallo”, se aplazaba al próximo 2 de julio.

De lo que sí han podido disfrutar todos aquellos que se han desplazado hasta Salobreña es de un espectáculo pirotécnico acompañado por la banda de música del municipio en la playa junto al Peñón, precedido por un pasacalles "apocalíptico"  y una performance, que desde el ayuntamiento de la villa se ha programado para poder disfrutar de “una forma diferente” esta noche de San Juan.

Una noche en la que se pudo contemplar un amplio dispositivo por parte de Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil para obligar a cumplir las regulaciones municipales, y a la vez impedir que en los lugares donde se suelen organizar botellones, se pudieran realizar, así como fiestas ilegales.

Con esta noche especial, la provincia da la bienvenida al verano con la mirada puesta en el San Juan de 2022, con la esperanza de que sea, por fin, el de la normalidad.