Sorpresa e incredulidad de un grupo de vecinos de La Herradura que ven como un joven pide ayuda desde el agua al no poder debido al fuerte oleaje y que se acerca, peligrosamente, a una zona rocosa. El pasado miércoles dos arquitectas se encontraban dentro de una casa de La Herradura tomando medidas para una obra cuando se vieron sorprendidas por los gritos de auxilio de un menor que no encontraba la forma de salir del agua.

Estos días en el litoral granadino ha ondeado la bandera roja debido al fuerte temporal de Poniente, prohibiendo el baño a los usuarios de las playas por su peligrosidad, o la amarilla, pidiendo precaución y desaconsejando meterse en el agua. Sin embargo, dos jóvenes, de entre 13 y 15 años, según los testigos, accedieron a la playa por la Cala del Perro, ubicada entre La Herradura y la Punta de la Mona, uno de ellos se metió en aguas de la bahía herradureña por una zona que se accede directamente desde las rocas y a la hora de salir, la cosa se complicó, tal y como refleja el vídeo captado por una de las vecinas de la zona que no daba crédito al suceso.

El joven intenta de forma infructuosa volver a las rocas, pero el fuerte oleaje impacta sobre ellas, por lo que se queda un rato nadando sin saber a donde acudir. Momentos de tensión, ya que tras descubrir al joven dentro del agua y dar aviso a las autoridades pertinentes, el tiempo de espera se hace eterno. Según ha relatado uno de los testigos a Granada Hoy, pasaron cerca de dos horas desde que se avistó al primer joven hasta que consiguió salir del agua. El segundo amigo acaba cayendo también al agua. Uno de los vecinos le grita al bañista que se aleje de la zona de rocas, ya que puede impactar en cualquier momento contra estas, y les solicitan que intentan nadar en dirección contraria. Otro vecino corre con una tabla de paddle surf para que tenga un elemento de apoyo y de esta forma intente acercarse a la orilla.

Hasta el lugar del suceso se personó una patrulla de la Policía Local de Almuñécar que le dio indicaciones al bañista para que intentase evitar la zona de rocas. Finalmente, todo quedó en un susto, aunque algunos testigos lamentan que de no ser por el avistamiento de las dos arquitectas, y la posterior ayuda del vecino que proporciona las tablas, podría haber sucedido una tragedia. "Se avisó a todo el mundo para que vinieran a rescatarlos, y allí no apareció nadie. Estuvieron casi dos horas dentro del agua, el vecino que tiró las tablas estuvo a punto de caerse también".