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El verano resiste en la Costa de Granada

  • La imagen de largas hileras de sombrillas y toallas se resisten a irse del litoral 

El verano resiste en la Costa de Granada

El verano resiste en la Costa de Granada / Alba Feixas

Las largas jornadas de sol, reposo y brisa marinera resisten en la Costa Tropical. El gran éxodo de veraneantes de hoteles y segundas residencias que se ha experimentado en las últimas semanas en el litoral granadino ha dado paso a los que se resisten a tararear aquello de Amaral de que "no quedan días de verano", la realidad es que la imagen actual es la de playas menos saturadas que durante las semanas fuertes de esta época estival, pero con las mismas ganas de disfrutar con el clima tropical.

Una estampa más reposada y serena que se entremezcla con el olor a brasas de los chiringuitos y el sonido hipnótico de las chicharras para los que han decidido estirar todo lo posible sus vacaciones de verano.

La segunda quincena de septiembre trae consigo el cambio de estación, aunque no por ello el fin de las vacaciones. Julio y Roberto, una pareja de Granada, aprovecha el próximo cambio de estación para bajarse unos días a la casa de verano de un familiar en La Herradura. "Mis tíos pasa aquí todo el verano, a principios de mayo se mudan a la Costa para estar con los amigos y cerca del mar, y nos vamos turnando para venir a verlos a ellos y a su casa", cuenta entre risas Roberto, quien añade que, pese a que llevan varios años aprovechando las últimas semanas de septiembre para cogerse las vacaciones y desconectar, algún fin de semana que otro se han desplazado desde la capital.

"Bajamos con asiduidad también a Cantarriján o aprovechamos para sacar las bicis e irnos de ruta hasta Cerro Gordo o Maro", añade Julio.

Charlotte y Maarten, en cambio, están de paso. Son de Turnhout (Bélgica) y llevan varios días parados por la Costa con su furgoneta. "Hemos estado en varias ciudades, conociendo a la gente y su cultura. Ahora está todo muy tranquilo aquí y puedes conectar contigo mismo y la naturaleza mientras miras al mar". Son dos nómadas digitales que aprovechan los días que le quedan antes de partir hasta su próximo destino. "En La Herradura hay una gran comunidad de extranjeros y el ambiente es muy limpio. Es un lugar al que volver".

La Herradura durante este fin de semana La Herradura durante este fin de semana

La Herradura durante este fin de semana / Alba Feixas

Aunque no sólo disfrutan de este dulce letargo veraniego los que llegan. Mariló y Carlos, de Motril, señalan que esta es la mejor época del año para disfrutar de la playa. "En julio y agosto se está muy bien, venimos casi todos los días a la playa después de comer, pero cuando de verdad se disfruta esto es en mayo y septiembre. Sin agobios, sin multitudes. Vienes a descansar, a desconectar del día a día, incluso si un día refresca un poco más te pones una rebeca o te echas un pañuelo por encima y se está muy bien", explica ella mientras señala el libro que está leyendo, 'Siete agujas de coser' de Lucía Chacón. "Es de una muchacha de Almuñécar, hay que apoyar a la gente de aquí".

No muy lejos del lugar, una pareja se dispone a soltar todos los bártulos en la arena. A la sombrilla, toallas y la nevera con algún refresco y piscolabis se le ha unido este año la tabla de paddle surf. Un deporte muy demandado, sobre todo en la época estival, y que en los últimos tiempos ha experimentado un incremento de la gente que prefiere comprar su propia tabla. "Es lo más práctico. Si la vas a utilizar solo un par de veces lo mismo es mejor alquilarla, pero nosotros empezamos el invierno pasado a alquilarlas algunos fines de semana para disfrutar de la tranquilidad del mar a la vez que hacíamos ejercicio y decidimos comprarla, para usarla todo el año", relata Pedro de Motril.

La Costa ha vivido un buen verano a niveles económicos. Los sectores hoteleros y hosteleros han registrado una gran demanda de sus servicios. La gente tenía ganas de salir y eso se ha notado, además, el buen tiempo que ha imperado en prácticamente toda la estación ha propiciado el aumento del turismo nacional en el litoral granadino, consiguiendo incluso afianzar a ese turista que elegía durante sus vacaciones destinos más alejados y que tras la pandemia se ha volcado con el turismo de proximidad, según explican desde el sector.

Ahora se preparan para captar a ese otro turista que se desplaza hasta la Costa en los meses otoñales para disfrutar de climas más cálidos que los de su lugar de origen, pero con la tranquilidad de disfrutar de unas calles e instalaciones menos aglomeradas que durante el verano.

Y pese a que las jornadas de luz cada vez son más cortas, las temperaturas han caído ligeramente, y alguna nube en el cielo hace pensar que el otoño se acerca, el litoral granadino continúa a la espera para poder regalar a aquellos que pasan sus vacaciones, grandes momentos para el recuerdo y el descanso, porque, aunque la canción reza que 'no quedan días de verano', las apacibles jornadas de otoño en la Costa Tropical son especiales.

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