La mejora defensiva del Covirán Granada que no se vio en Lleida
En la rueda de prensa previa al choque ante el Hiopos Lleida, Ramón Díaz, técnico del Covirán Granada, afirmó que iba a cambiar su discurso. De hablar de jugar con un ritmo alto con un gran volumen de triples lanzados, se refirió a que el equipo debe crecer desde la defensa. Como idea no está mal, y más en la Liga Endesa donde el trabajo en cancha trasera es fundamental y no tanto en la G-League, donde ha forjado su carrera el granadino, y en la que los jugadores buscan destacar para tratar de encontrar acomodo en la NBA.
Pero recibir 99 puntos, la máxima puntuación hasta el momento en contra, no es el mejor camino. Así es muy complicado tener opciones de victoria. Pero es que, además, los rojinegros volvieron a cometer errores de anteriores jornadas. Pese a que dijo que Lluís Costa estaba falta de ritmo, no solo redebutó sino que estuvo los mismos minutos en cancha que Jonathan Rousselle. El catalán, al que se le vio poco acertado en los lanzamientos salvo desde la línea de tiros libres, debe darle al Covirán Granada otro aire en el juego de ataque. Pero el baloncesto es equilibrio y ahí los granadinos no están finos.
Estar en la cola en puntos a favor y entre los primeros que más reciben, se refleja en la clasificación. Colistas con cuatro derrotas en otras tantas jornadas, mucho debe mejorar el equipo, y no jugar a arreones, para salir de la zona baja. Los más pesimistas ven un 1-7 e, incluso, un 0-8 de arranque en los primeros ocho duelos a tenor del calendario que deben afrontar. Todo hay que jugarlo, pero hay que mejorar muchos aspectos del juego.
Hay cosas positivas, como la capacidad de buscar el aro con decisión de Luka Bozic, que encima saca numerosas faltas (otra cosa es que meta los tiros libres); la capacidad de intimidación de Babatunde Olumuyiwa y el talento de Matt Thomas, siempre perseguido por el ‘perro de presa’ del rival, el especialista defensivo, aunque en Barris Nord aprovechó el último minuto de partido, con el duelo ya decidido, para maquillar sus números con 8 puntos consecutivos, algo que ya hizo ante el BAXI Manresa.
Pero hay piezas que deben rendir más. Es el caso de Zach Hankins, demasiado blando en la zona para ser un 2,11 o Jovan Kljajic, que ofrece una enorme irregularidad. Caso aparte merece Travis Munnings, se supone que el especialista defensivo del equipo y que, tras dos acciones atrás que dejaron muy insatisfecho a su entrenador, fue cambiado y ya no jugó más. La reprimenda que recibió cuando se iba al banquillo, terminada con un gesto de ánimo, fue captada por las cámaras de televisión. El jugador, posteriormente en sus redes sociales, publicó que echaba de menos jugar al baloncesto, acompañado con un emoticono de pena, en alusión a los pocos minutos que lleva disputados. En Lleida jugó 6:07, ante el Joventut 5:48, en Manresa 14:07 y frente al Baskonia no saltó a la pista. Hasta el momento, la ACB se le queda grande al alero que jugó la pasada temporada en Fuenlabrada.
La entidad debe dar una salida para quedarse con trece jugadores en plantilla tras el fichaje de Lluís Costa. Ante los de Gerard Encuentra los dos descartados fueron Micah Speight y el capitán Pere Tomàs. El base está en la rampa de salida, aunque Edu Durán e, incluso Munnings, no las tienen todas consigo.
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