Antonio Onetti | Presidente de la SGAE

"La SGAE va a dejar de ser una telenovela diaria"

  • El dramaturgo y guionista sevillano confirma que se presentará en octubre a las elecciones llamadas a completar el proceso de "saneamiento institucional" de la sociedad de gestión

Antonio Onetti (Sevilla, 1962), este jueves en la sede de la SGAE en Madrid.

Antonio Onetti (Sevilla, 1962), este jueves en la sede de la SGAE en Madrid. / David Fernández (Efe)

Antonio Onetti llegó a la presidencia de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) a finales del pasado abril, dos semanas después de la destitución de la soprano Pilar Jurado, que no superó una moción de censura forzada por su propia junta directiva entre acusaciones de falta de transparencia "como jamás se ha visto" en la entidad, según alertaron algunos socios. Y eso es mucho decir, a tenor de la trayectoria de la entidad en las últimas dos décadas, marcada por las crisis y los escándalos de corrupción. Este dramaturgo y guionista sevillano se ve ahora en la obligación moral de "remangarse" para que su "casa durante 30 años" esté, dice, "ordenada y todos mis compañeros y yo podamos sentirnos orgullosos de ella". El próximo octubre, la SGAE celebrará unas elecciones de las que saldrá la junta directiva llamada a liderar, por fin, el regreso de la entidad a la normalidad institucional.

–Rompamos el hielo sin preámbulos. ¿Se va a presentar usted?

–Sí, me voy a presentar a la junta directiva e intentaré optar a la presidencia en el caso de que tenga suficientes apoyo en los cuatro colegios para ser un presidente de consenso, que es lo que necesita la SGAE, más aún ante la crisis provocada por la pandemia.

–¿Cuál es ahora mismo la necesidad más acuciante?

–Que las autoridades se pongan de acuerdo, porque el sector cultural, para salir a flote, va a necesitar que la ayuda que va a venir de Europa llegue también, de forma decidida, al mundo de la cultura. Confío en que nuestros políticos tengan altura de miras, porque el tejido cultural del país se está desintegrando por momentos.

–En el sector existe malestar y sensación de agravio. ¿Usted es más optimista? ¿Qué espera del Ministerio de Cultura y Turismo?

–Lo cierto es que la cultura está sufriendo un agravio comparativo absoluto. Los trenes están llenos, los aviones están llenos... pero los teatros, eso sí, a medio aforo. Cuando yo hoy me siento más seguro en una sala de cine donde hay un aforo limitado y todo el mundo tiene mascarilla que en un restaurante. ¿Por qué a la cultura se le exigen unas medidas de seguridad que no se le exigen a otros sectores? En algunos casos se está poniendo por delante la economía y en el nuestro no, y yo no digo que haya que hacer una cosa u otra, pero se decida lo que se decida hacer, lo justo es que todos los sectores tengan el mismo tratamiento.

–¿Qué medidas ha tomado la SGAE para mitigar el brutal golpe? En un primer momento se anunciaron ayudas de 7 millones, pero usted mismo reconoció al llegar a la presidencia que esa cuantía era imposible...

–Lo era. Finalmente destinamos 1,2 millones en ayudas directas a socios en situación de riesgo, oscilaban entre 700 y 1.100 euros. Y hemos sido inmediatamente solidarios con nuestros usuarios, a todos los negocios de ocio y hostelería que cerraron nosotros dejamos de cobrarles, y en los últimos meses, cuando han empezado a abrir de nuevo, les hemos hecho reducciones significativas en la tarifa. Nosotros estamos haciendo muy claramente el esfuerzo.

–Hay otro frente abierto, y se antoja como el fundamental en estos tiempos: el modelo de negocio digital, donde mandan empresas enormes con mala fama ganada a pulso respecto a las condiciones abusivas que imponen a los creadores...

–Nosotros cobramos unas tarifas a estas grandes corporaciones que no son muy diferentes a las que se cobran en el resto de Europa, pero en sí mismas a nosotros nos parecen insuficientes. Pero donde tenemos que realmente batallar es en su opacidad, porque ahora mismo no tenemos medios para comprobar qué uso hacen de las obras de los autores y por tanto cuánto deberían pagar realmente.

–Me dicen que hay por fin buena sintonía con el Ministerio...

–Aún no he podido ver al ministro, pero a nivel técnico la relación está prácticamente normalizada, ha habido colaboración y un diálogo muy fluido. Yo creo que ellos han percibido claramente que nuestra voluntad era cumplir con todo lo que se nos pedía, estamos llevando a cabo escrupulosamente el saneamiento institucional de la casa para que el Ministerio cierre lo antes posible el expediente de retirada de nuestra licencia.

Antonio Onetti, en otra imagen de la sesión fotográfica. Antonio Onetti, en otra imagen de la sesión fotográfica.

Antonio Onetti, en otra imagen de la sesión fotográfica. / David Fernández (Efe)

–El Ministerio acaba de dar el plácet a la Sociedad Española de Derechos de Autor (SEDA) para operar como entidad de gestión de derechos, lo que implica, entre otras cosas, la pérdida del monopolio musical de la SGAE. Parece un serio toque de atención del Ministerio...

–Bueno, el monopolio lo perdió la SGAE cuando se aprobó la directiva europea y la Ley de Propiedad Intelectual, no por la existencia de SEDA. Lo que nos sorprende de esta autorización es que se le haya concedido la licencia a una entidad que, por la documentación que nosotros conocemos, no cumple con los requisitos de la Ley de Propiedad Intelectual ni de la directiva europea, y además el plan de viabilidad que ha presentado no parece muy verosímil. Nos sorprende que a nosotros y a otras entidades de gestión se nos mire con lupa y se nos exija que nos adaptemos rigurosísimamente a las últimas normas, lo cual nos parece muy bien, pero luego haya dos varas de medir y a una entidad que va a competir directamente con nosotros no se le aplique el mismo rigor. Yo no conozco cuáles son las razones técnicas por las que se ha aprobado esta licencia, pero me encantaría conocerlas. Y lo que más me preocupa de todo esto es la repercusión que va a tener en el panorama de los derechos de autor en España, porque en sus propios papeles SEDA explica que su financiación proviene de entidades extranjeras, concretamente de Inglaterra y Francia, y que sus operaciones, el corazón de la entidad de gestión, el mecanismo que establece el reparto de los ingresos por derechos de autor, las va a realizar la entidad francesa. Eso, en la práctica, para nosotros, supone entregar a una entidad extranjera la posibilidad de gestionar el patrimonio musical español.

–La cuestión es que en este momento muchos socios de la SGAE pueden estar contemplando la opción de irse con SEDA... ¿Tiene argumentos para convencerlos de que sería un error?

–Ahora mismo SGAE está enderezándose y poniéndose al nivel de los estándares europeos. Ha habido elementos de conflicto que ha podido hacer pensar a los autores que la SGAE no podía ser su casa, no lo niego. Pero todo eso ha pasado a la historia. Y por eso creo que SEDA, hoy, no es necesaria.

–Usted mismo reconoció en este mismo diario que la credibilidad de la SGAE estaba dañada...

–Esa percepción se cambia con hechos, y lo vamos a lograr. Nosotros no queremos ser una telenovela diaria, eso se va a acabar. Vamos a borrar cualquier sombra de sospecha que quede del pasado, con luz y taquígrafos, en la casa tenemos todos la convicción de que esto hay que salvarlo.

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