Antología del microrrelato español (1906-2011). Irene Andres-Suárez (ed.) Cátedra. Madrid, 2012. 528 páginas. 13 euros.

Gracias a unos pocos estudiosos especializados, a las antologías publicadas en las últimas décadas y a la labor de un puñado de editoriales -Páginas de Espuma o Menoscuarto, entre otras- que vienen dedicándole un espacio no menor en sus catálogos, el microrrelato ha dejado de ser visto como una extravagancia para erigirse en una propuesta diferenciada que cuenta con una tradición propia, autores y textos más o menos canónicos y, sobre todo, lectores, que son, en última instancia, los principales responsables de la vitalidad de una forma de literatura hasta hace poco marginal o ni siquiera reconocida como algo distinto del cuento.

Esta nueva antología de Irene Andres-Suárez abarca más de un siglo de microrrelatos, desde Juan Ramón Jiménez o Gómez de la Serna, precursores del género y de tantas otras cosas, hasta autores actuales como Hipólito G. Navarro, Pedro Ugarte o Andrés Neuman. La editora se ha ceñido al ámbito español, dejando fuera la vasta contribución de los hispanoamericanos, y a los microrrelatos recogidos en libro, excluyendo los procedentes de las bitácoras que -como la de Fernando Valls, otro de los estudiosos de referencia- suelen acoger textos inéditos. En todo caso, la aparición del volumen en las prestigiosas Letras Hispánicas de Cátedra viene a reafirmar la pujanza del microrrelato y su consolidación como objeto de estudio.

El completo y riguroso ensayo introductorio de Andres-Suárez no es el menor aliciente de la antología. Hiperbrevedad y narratividad -esta última para diferenciar el microrrelato de otras prosas breves que no cuentan historias- son para la autora los elementos distintivos que permiten hablar de un "cuarto género narrativo", después de la novela, la novela corta y el cuento. La elipsis, la condensación o la intensidad requieren del lector una predisposición especial y permiten considerar el microrrelato como una modalidad autónoma, aunque su definición como "género emblemático del siglo XXI" entra ya en el terreno de lo discutible.