Cultura

Vademécum sobre drogas

  • Los autores ahondan en la disonancia que provoca el enfoque actual sobre los estupefacientes

Un punto de venta de droga, en tiempos pretéritos.

Un punto de venta de droga, en tiempos pretéritos. / DS

Todo ensayo serio dedicado al phármakos (droga en griego) nos hace recordar la monumental Historia general de las drogas de Antonio Escohotado, que se completaría años después con un apéndice, escrito a modo de peculiar bioensayo (“teoría práctica de las sustancias psicoactivas”), en el que el autor experimentó y describió los efectos del cáñamo, el éter, la cocaína, el alcohol, la ketamina o el LSD.

El emperador Marco Aurelio solía tomar opio por consejo de su médico Galeno. Confesiones de un inglés fumador de opio, de Thomas De Quincey, es uno de nuestros títulos favoritos, lo que nos retrotrae a otros ilustres opiómanos (Goethe, Wagner, Goya o Freud). El tabaco era perseguido con la mutilación en Persia. La bacanal romana la asociamos al vino, pero el preciado caldo provocó terror en la civilización grecorromana. Quiere decirse que las drogas son parte de la historia cultural del mundo, más allá del prohibicionismo y de la frontera del delito. Y quizá sea verdad, por otra parte, que “la mente es el más poderoso estupefaciente” (Franco Battiato).

Los autores de este volumen colectivo ahondan en la disonancia que provoca el enfoque actual sobre las drogas, basado en la prohibición legislativa, y el otro enfoque alterno propuesto por otros expertos, que entiende que “el problema de las drogas” debe ser abordado desde la Salud Pública y contemplar los Derechos Humanos como solución. Se plantean, por tanto, preguntas incómodas, un tanto escohotadianas, si se permite el palabro. Por ejemplo, ¿qué sabemos sobre la historia del ser humano con relación a las sustancias psicoactivas? ¿Es la guerra contra las drogas una estrategia efectiva? ¿Cómo influyen la moral, las costumbres y la ciencia en las leyes sobre sustancias estupefacientes?

Alcohol, tabaco y nicotina, cannabis, cocaína, psicodélicos, opioides, anfetaminas y metanfetaminas, el llamado paco originario del Perú… Todo nos cabe en el cuerpo (del conocimiento, se entiende).

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