Cultura

La alegre brisa de la literatura

  • 'Luis Alberto de Cuenca. De Ulises a Tintín'. Revista Litoral (nº 255). Edición de Antonio Lafarque y Lorenzo Saval. Málaga, 2013. 272 páginas. 30 euros.

Publicado por las venerables prensas de la revista Litoral, donde en los últimos años se han fraguado decenas de monográficos que merecen ocupar lugares escogidos de cualquier biblioteca, este dedicado al helenista, traductor, ensayista y poeta Luis Alberto de Cuenca sigue la estela de otros consagrados a escritores contemporáneos igualmente valiosos como José Manuel Caballero Bonald, Ángel González, Felipe Benítez Reyes o Carlos Marzal, por citar sólo a los autores, todos ellos poetas, representados en el itinerario del nuevo milenio. Entre decenas de colaboraciones que exploran las numerosas facetas del homenajeado, el volumen, coordinado por Antonio Lafarque y el ya veterano director de la cabecera, Lorenzo Saval, incluye una poética revisada de Luis Alberto de Cuenca -La alegre brisa de la literatura-, una colección de diez composiciones inéditas -El falsificador de moneda y otros poemas- que se suman a un sugerente artículo sobre Cinco cuadros del Prado, una bien concebida antología temática preparada por el citado Lafarque, una completa bibiliografía de toda su obra o una estupenda entrevista de Alfredo Taján, viejo amigo del poeta, donde este último proclama una forma de escepticismo que no es incompatible con la fe en la cultura.

Editado con el cuidado habitual de la casa, De Ulises a Tintín recoge todos los perfiles de un autor marcado por su formación humanística que sin embargo, pese a su bien conocida pasión por la bibliofilia o las letras de la Antigüedad, no se ha refugiado en la nostalgia infecunda. La erudición, la elegancia, el buen humor y una desprejuiciada amplitud de miras que multiplica por decenas sus intereses, donde caben la epopeya de Gilgamesh, los hexámetros de Homero, las maravillas del ciclo artúrico o el terror gótico -pero también los personajes del cómic, el rock de los ochenta o las referencias pop en su versión más desenfadada-, definen a un escritor para el que la mejor forma de resolver la presunta dicotomía entre la alta cultura y la cultura popular, la pasión por lo antiguo y el interés por lo contemporáneo, es conocerlo todo, gustando de cada incursión estética con la actitud del hedonista que no podría sentir remordimientos por haber experimentado ninguna de las formas de la felicidad.

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