Cultura

La ira por el Trono de Hierro

  • El día 22 se publica en España 'Danza de dragones', la quinta entrega de la saga de George R. R. Martin 'Canción de hielo y fuego', de la que se han vendido más de 15 millones de ejemplares en todo el mundo.

Mientras el sector editorial busca soluciones a un desplome para el que no parece haber remedio, con un mercado excesivamente polarizado en el que cualquier tirada inferior a 300.000 ejemplares prácticamente no existe, las claves en torno al éxito literario constituyen, todavía, un misterio. ¿Cuántas sagas de fantasía épica similares a Canción de hielo y fuego se han escrito a lo largo de los últimos cuarenta años? Decenas. ¿Cuántas han podido aspirar siquiera a la mitad de su éxito? Ninguna. Desde que en 1996 se publicara en Estados Unidos Juego de Tronos, la primera entrega de la serie de George R. R. Martin (en España lo hizo, atención, seis años después y de la mano de una editorial entonces discreta como Gigamesh, fundada en 1999 en Barcelona por Alejo Cuervo), los cuatro primeros títulos ya publicados de los siete que contempla el proyecto han vendido más de quince millones de ejemplares en todo el mundo, de los que 700.000 corresponden al ámbito español. La quinta entrega, Danza de dragones, se publicará en España el próximo 22 de junio, también en el sello Gigamesh, con la traducción de Cristina Macía (responsable igualmente de los cuatro libros anteriores en la misma función) y precedida por un éxito descomunal en Estados Unidos, donde se vendieron 650.000 ejemplares antes incluso de su llegada a las librerías. La adaptación televisiva de Juego de Tronos a cargo de la HBO, junto a la aparición de otros productos como el videojuego (este mismo mes sale a la venta la versión para PS3, PC y Xbox en Europa) y el juego de rol, han contribuido de manera notable en los últimos años a desatar las más irrenunciables pasiones por el Trono de Hierro también en lectores de todas las edades. Así que lo que se espera para el 22 de junio en esta parte del Poniente no es ni más ni menos que el gozoso espectáculo de las largas colas en las librerías desde la madrugada.

Los libreros, claro, tendrán por fin un motivo para frotarse las manos. De hecho, la previsión es que el fenómeno se prolongue durante los próximos meses con nuevas entregas secundarias mientras se va calentando la espera para la aparición de Winds of winter, la sexta entrega de la saga. Así, en noviembre de este año verá la luz en Estados Unidos e Inglaterra el atlas The lands of ice and fire, que se publicará previsiblemente en España durante 2013. Con respecto a Danza de dragones, tras la salida el día 22 de la edición en tapa dura, el próximo mes de julio se comercializará la edición con la cubierta blanda y en 2013 llegará a las estanterías la edición de bolsillo en dos tomos. Con 1.040 páginas de mandoblazos y asedios en los más ignotos frentes, el volumen se presenta como lectura idónea para el verano, pero lo cierto es que el asunto promete dar de sí para bastante más allá. Con semejante despliegue, George R. R. Martin ha logrado en vida lo que el mundo editorial reservó a J. R. R. Tolkien para mucho después de su muerte: todo un catálogo de títulos, subtítulos, anecdotarios, mapas, bestiarios y saltos a la pantalla que conforman una cultura propia y ambiciosa.

Con respecto a Danza de dragones, la obra presenta una estructura similar a las de su predecesoras, con 71 capítulos narrados en tercera persona a través de la perspectiva de dieciocho personajes (incluidas cuatro novedades cuyo punto de vista no había sido empleado con anterioridad) y un prólogo a cargo de un personaje secundario, Varamyr Seispieles. De este modo, George R. R. Martin (Nueva Jersey, 1948), antiguo periodista (como buen objetor de conciencia, escribió numerosas crónicas sobre las protestas en Estados Unidos contra la guerra de Vietnam) y guionista de Hollywood, vuelve a conformar un aparato poliédrico que imprime un ritmo vigoroso, singularmente hábil a la hora de atrapar la atención del lector. El argumento arranca con el anunciado final de la Guerra de los Cinco Reyes, aunque la verdadera protagonista es la princesa Daenerys Targaryen, quien, tras la conquista de la ciudad de Meereen, se dispone a viajar a Poniente a lomos de sus dragones. En el Muro del Norte, Jon Nieve es nombrado como Comandante de la Guardia de la Noche y prepara un inminente enfrentamiento con los Otros, para lo que asume una decisión polémica: incluir en sus filas a salvajes llegados de más allá del Muro, cuyas intenciones son dudosas. También cobra especial relevancia el fugitivo Tyrion Lannister, conducido en un revelador viaje en barco hasta la Ciudad Libre de Pentos.

Pero el argumento, al fin y al cabo, es lo de menos. Lo importante es considerar el modo en que Canción de hielo y fuego, un invento que aúna la fantasía nórdica con el aliento épico de Shakespeare (aunque George R. R. Martin no ha citado nunca al bardo entre sus influencias, obras como Ricardo III y su recreación de la Guerra de la Dos Rosas entre las casas de York y Lancaster están sin duda detrás de las batallas dinásticas que pueblan la saga) y que tampoco renuncia a promulgar una reflexión plenamente contemporánea sobre el poder político, es capaz de seducir a millones de lectores. Más allá de su ambientación mitológica, cabe subrayar que la obra es de una naturaleza realista en la que las criaturas y los elementos mágicos terminan siendo anécdota frente a las pasiones y anhelos humanos, así que no cabe hablar aquí de espejismos. No es Shakespeare, pero no le hace falta en absoluto. Y parece que a sus seguidores tampoco.

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