Libros

Jacobo Cortines sigue su camino

  • El autor publica en la colección Vandalia 'Días y trabajos', nueva entrega de su poesía hermosa y reflexiva en la que aborda el dolor de la pérdida y la extrañeza del confinamiento

El poeta Jacobo Cortines.

El poeta Jacobo Cortines. / Antonio Pizarro

"Todo es y no es al mismo tiempo, / y todo pasa y nada queda inmóvil, / pues la quietud destruye y aniquila. / No eres ya el niño ni tampoco el joven / de un tiempo atrás, ni el hombre que gozara / de su madura plenitud ya ida, / sino ese otro que con raudo trazo /cerrando va la línea de su círculo. / Qué difícil camino has recorrido: / claridad y tiniebla juntamente, / pues tu destino así lo reclamaba. / Pero también ese vivir qué hermoso". Jacobo Cortines (Lebrija, 1946) hace un bello y emocionante balance del recorrido en Días y trabajos, un libro que publica dentro de la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara y que su autor se resiste a calificar de despedida. "Mas no será un adiós definitivo", le dice en sus versos a un cuaderno, "que he de volver mientras mi cuerpo pueda".

Una obra en la que Cortines se muestra fiel a sí mismo –algunos pasajes prolongan diálogos abiertos en su poesía reunida, Pasión y paisaje–, habitada por esa erudición reflexiva y esa mirada humanista que le caracteriza, y en la que aborda  "los últimos acontecimientos que he vivido": la enfermedad y muerte de su esposa, Cecilia Romero de Solís, Lilí, figura central también de los bellísimos poemas amorosos de En el mejor silencio, editado el pasado año por Renacimiento, y el encierro al que obligó la pandemia, por el que el escritor retornó a su tierra natal con el ánimo entre la nostalgia y la extrañeza: "He vuelto al territorio de la infancia / y al de la plena juventud gozosa. / He vuelto entre los míos que están vivos / por no sufrir la soledad hiriente / de aquellos que se fueron".

Pese a la devastación de la pérdida, en la palabra de Cortines se aprecia un sustrato de esperanza. "Pude haber caído en la desesperación, pero decidí buscarle un sentido a ese dolor", reconoce. "Por eso, en los Pasos de amor, escribo: Mayo fue el mes que tú elegiste. Desde entonces / razón de mi vivir será cantarte / y que el mundo conozca cuánto amor y belleza / calladamente atesoró tu vida".

Portada del libro. Portada del libro.

Portada del libro.

Cortines toma como inspiración para su título los Trabajos y días de Hesíodo, pero se desmarca del poeta de la antigua Grecia en su versión del mito de Pandora. "No fue, pues, la mujer la introductora / del mal para los hombres como tantos / trataron de explicar, sino al contrario", apunta en su poema Réplica final.  "Es un tópico muy arraigado: está en la literatura griega, en la fábula que cuenta Hesíodo; también en la tradición judeocristiana, que culpa a Eva de nuestras desgracias, o en la ópera Lulú, en la que Alban Berg partía de la obra de Wedekind... Y yo no estoy de acuerdo con ese enfoque: la mujer significa, en gran parte, una alegría para el hombre. Lo digo en ese texto: que la vida sería, sin ella, un internado triste y aburrido. En ese poema enumero a una serie de heroínas amadas, la Laura de Petrarca o la Beatrice de Dante, para acabar confesando: ¿Y qué, pobre de mí, qué hubiera sido / sin ti, Cecilia, de celestes ojos?".

Extraño regreso, el fragmento del libro dedicado al confinamiento, fue escrito por Cortines "en los meses duros de la pandemia, cuando todavía no se sabía qué consecuencias iba a tener una situación así, al principio. Está fechado el 6 de abril, aunque después estuve tiempo puliéndolo. Se plantea un juego continuo entre el niño, el joven feliz y el momento doloroso que vivía, por la pérdida de Cecilia, por la enfermedad que nos rodeaba. Y me hacía inevitablemente una pregunta: si el círculo no se estaba cerrando, si yo no estaba al final de mi vida", confiesa el ganador del Premio de la Crítica en 2005 y miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.

En Días y trabajos, Cortines expresa también sus Afinidades con el músico Manuel Castillo; su amiga Carmen Laffón –"admiro su vitalidad, su entrega, a la mujer y a la artista"–, en agradecimiento por un altorrelieve en bronce de unos sarmientos que le regaló, y su maestro Alberto Zedda. "En los dos primeros poemas soy yo quien habla, en el tercero no hago sino recoger impresiones que apuntó el propio Zedda. Hizo un prólogo para una página web centrada en él que me interesó muchísimo. Son sus ideas las que se exponen aquí", señala Cortines, aunque la "identificación" con el director de orquesta y musicólogo italiano es tal que él bien podría suscribir algunas de sus afirmaciones, como cuando Zedda asegura huir "del capricho de modas pasajeras / (...) enfrentar mi nuevo tiempo / con la enorme riqueza de lo clásico".

"En el confinamiento", dice, "me preguntaba si el círculo se cerraba, si estaba al final de la vida"

Junto a la añoranza y la gratitud, en Días y trabajos hay cabida también para el horror. Entre estos poemas a los que Cortines dio forma desde 2014 impresiona Europa, una mirada a la "hipocresía" de un continente "que fue la luz del mundo", homenaje a una víctima de la guerra de Bosnia que apareció ahorcada en todos los periódicos, Ferida Osmanovic, que el autor terminó cuando se cumplían los 20 años de la matanza de Srebrenica. 

Cortines dirige la colección Vandalia en la que aparece Días y trabajos, el número 99 de los poemarios editados. "El 100 será un libro de Andrés Trapiello –adelanta–, y además Ignacio Garmendia y yo estamos preparando una antología de lo que se ha editado hasta ahora en el sello. Ya está hecha la selección y Manolo Ortiz ha diseñado la cubierta, nos queda redactar un pequeño prólogo. Creo que es revelador del prestigio que ha tomado la colección que grandes autores como Guillermo Carnero, Pere Gimferrer o Jaime Siles hayan publicado en ella".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios