Olimpismo

Adiós a la candidatura de los Juegos de Invierno de 2030: razones de una retirada

Alejandro Blanco le da explicaciones a los medios de comunicación.

Alejandro Blanco le da explicaciones a los medios de comunicación. / Rodrigo Jiménez | Efe

La falta de consenso político, la creciente desconfianza entre las partes y la mala imagen ofrecida por la ruptura de las negociaciones han acabado con la candidatura de los Pirineos a los Juegos Olímpicos de invierno de 2030.

Éstas son las razones del fracaso del proyecto:

FALTA DE CONSENSO

Después de once reuniones y multitud de contactos conducidos con la mayor discreción posible, Cataluña y Aragón no se han puesto de acuerdo sobre un reparto de sedes y pruebas deportivas que dejase satisfechas a ambas partes. El principal motivo de la discordia fue el esquí alpino, la joya de la corona de los Juegos de invierno. De obtener los Juegos se habría disputado en estaciones catalanas, cuando Aragón exigía un reparto.

DESCONFIANZA

El acuerdo al que los técnicos llegaron el pasado diciembre en torno al reparto de sedes fue dinamitado por la parte política. El gobierno de Aragón negó que hubiera un pacto. Para Cataluña, dejó de ser un socio fiable.

"No entraremos en polémicas. Hemos tenido muchas horas para debatir. La propuesta es buena, es ganadora, es competitiva y no nos moveremos de ahí", dijo la consellera de presidencia, Laura Vilagrà.

Desde el ejecutivo de Javier Lambán tampoco se fiaron nunca de que Cataluña quisiera un proyecto conjunto. "Se han quitado la careta", afirmaron cuando la Generalitat se mostró dispuesta a competir en solitario.

La desconfianza de Aragón afectó también al presidente del COE, Alejandro Blanco, a quien Lambán pidió la dimisión por haber conducido "una farsa" en lugar de una negociación.

Lambán pertenece al mismo partido, el PSOE, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, que dieron todo su respaldo de Blanco.

Al anunciar la retirada, Blanco afirmó: "Esta candidatura la hemos destrozado nosotros en casa".

O JUNTOS O NADA

Uno de los ejes sobre los que el COE quería defender el proyecto pirenaico ante el COI era precisamente la imagen de consenso en torno al deporte de comunidades de distinto signo político, por contraste con la crispación reinante en otros ámbitos.

Roto ese consenso, la candidatura era menos vendible.

El proyecto del que se había informado al COI era, además, conjunto de las dos comunidades. Ya no había margen para pensar en uno solo de Cataluña.

INSTALACIONES, LAS JUSTAS

Los Pirineos no están sobrados de instalaciones de categoría olímpica. No tienen a día de hoy, por ejemplo, una pista de descenso que cumpla con los estándares que la Federación Internacional de Esquí exige para las pruebas olímpicas.

Tampoco proliferan las pistas de hielo y por ello habría que contar con pabellones en grandes ciudades como Barcelona o Zaragoza.

Deportes como los saltos de esquí o todos los de trineo (bobsleigh, luge, skeleton) tendrían que disputarse en otro país. El COI lo permite para evitar gastos en instalaciones que luego quedarían sin uso.

Con una sola comunidad autónoma implicada, las posibilidades de ofrecer al COI un mapa de sedes atractivo se reducía notablemente.

"No tenemos el mejor proyecto técnico que se puede tener", admitió Blanco.

SIN TIEMPO PARA MÁS NEGOCIACIONES

Las potenciales rivales del proyecto español, la japonesa Sapporo, la canadiense Vancouver y la estadounidense Salt Lake City, tienen ya propuestas cerradas y elaboradas, han recibido la visita de los técnicos del COI o han ido a reunirse con ellos en Suiza.

Mientras tanto, en los Pirineos se discutía por una prueba de más para ti o para mí. El COE tuvo que pasar el bochorno de cancelar dos veces las visitas de los enviados del COI, ante la imposibilidad de mostrarles avances en los planes de candidatura.

"No podíamos presentar nada porque no había acuerdo", afirmó Alejandro Blanco.

DETERIORO DE IMAGEN

"La imagen que hemos dado ante el COI y ante la prensa internacional no ha sido precisamente la mejor", dijo el presidente.

Los cambios de criterio en torno a una candidatura conjunta y las peleas por hacerse con un sitio de preferencia ensombrecen la buena imagen que tiene España en el exterior como país organizador de competiciones deportivas.

Ante la posibilidad de que las disputas políticas se trasladasen al comité organizador en caso de haber obtenido los Pirineos los Juegos de 2030, el COI se quita un problema con la retirada del proyecto.

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