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La edad no hace al futbolista, ¿o sí?

  • Mientras aparecen cada vez talentos más jóvenes con responsabilidad impropia en sus clubes, vacas sagradas también reclaman su cuota l Hazard y Ansu, ídolos con 12 años de diferencia

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La Pelota de Papel / Departamento Infografía.

Casi como un mimetismo hacia el tenis, ha llegado al fútbol cierta tendencia por adelantar más si cabe la ya de por sí arriesgada carrera por la precocidad. Sin esperar siquiera a que el futbolista cuaje físicamente, se le empuja a la arena a pelearse y a esquivar hachazos de barbudos gladiadores. El talento suele resultar ganador en estos casos y el niño futbolista aprende pronto a lidiar con una responsabilidad excesiva que, por ley natural, no le corresponde.

La irrupción de Ansu Fati en el Barcelona es digna de estudio. Con apenas 16 años, no ha llegado de puntillas ni aspira a hacerse un selfie con Messi en el vestuario después de una victoria, sino que tira de descaro y tiene hambre de gloria.

Es la nueva atracción, la nueva estrella del Camp Nou, cuando la nueva estrella del Real Madrid, Eden Hazard, casi le dobla la edad. ¿Pero existe la edad en el fútbol? ¿Hay una edad determinada para ser el líder o el crack de un equipo? Nino sigue siéndolo en el Elche, en Segunda División, con 39...

Chicharito, zapatos nuevos

Midámoslo por la ilusión y la motivación personal. Quizás no pueda compararse el cosquilleo que haya sentido Ansu con 16 años antes de saltar a un repleto Camp Nou al de Chicharito Hernández en su vuelta a la Liga española con la camiseta Sevilla después de haber jugado en el Real Madrid y el Manchester United. Pero el delantero mexicano, por sus declaraciones, ha demostrado que llega como un chiquillo a pesar de que en su documento nacional de identidad figura que nació hace 31 años.

Lopetegui le ofreció sus primeros minutos en la victoria ante el Alavés cuando apenas había tenido tiempo de recuperarse de un larguísimo viaje transoceánico tras jugar con su selección.

Después, como suele decirse en todos los ámbitos cercanos al fútbol, el verde pone a cada cual en el sitio que le corresponde.

Hazard llega con la idea de comerse el Bernabéu y conquistar LaLiga. Devolver al Real Madrid a su lugar después de haber quedado relegado durante dos temporadas, no ya a un lugar secundario en LaLiga, sino a una incómoda –e indigna– tercera posición.

Joao Félix y Odegaard

Como en todo, en la mezcla o en el término medio está la virtud. Combinar veteranía con juventud es un cóctel interesante, pero lo que no cabe duda es que cada vez son más los clubes que apuestan por adelantar los plazos. Cada equipo, por así decirlo, tiene su figurita en ciernes, o no tan en ciernes. El Sevilla puso en el escaparate la pasada campaña a Bryan Gil siendo aún juvenil de segundo año y el barbateño, descarado como pocos, se encargó de entrar en la historia de la Liga como el primer goleador nacido en el siglo XXI. Evidentemente, Ansu Fati rebajó esa marca aún más –dos años de golpe– con su espectacular tanto al Valencia.

No hay reparos en pagar 120 millones por una estrella de sólo 19 años, los que tiene el portugués Joao Félix, algo más que una promesa y con una responsabilidad capital en el esquema de Simeone. Hacer olvidar a Griezmann no es un juego de niños.

Igual que en Anoeta, donde el noruego Martin Odegaard aparece ya como una realidad tras pasar el proceso natural que a menudo requieren estas cosas. Y es que no todo el mundo está capacitado para brillar en un gran club como el Real Madrid o el Barcelona con sólo 16 años. Si encima el niño en cuestión no conoce el idioma ni la cultura, el camino se hace más cuesta arriba.

A veces el fútbol es más sencillo de lo que creemos, pero otras veces no es tan fácil. Los procesos evolutivos que se respetan (o no) en las categorías inferiores pueden saltar por los aires cuando llegan al segmento de las competiciones sénior. En la élite todo se magnifica mucho más, porque al final se trata única y llanamente de fútbol. Y no hay prohibición de edad, es para todos los públicos.

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