La española Paula Badosa, que el lunes que viene se estrenará como número 2 del mundo, perdió ayer ante la bielorrusa Aryna Sabalenka por 7-6 (5) y 6-4 en una hora y 42 minutos y se quedó fuera de la final del torneo de Stuttgart (Alemania).

Badosa, que había tenido partidos maratonianos para acceder a la semifinal y que necesitó de asistencia médica en su partido anterior, no tuvo la frescura física para vencer a una Sabalenka a la que había derrotado en los dos enfrentamientos previos entre ambas, en Cincinnati (EEUU) y en las finales del año pasado de Guadalajara (México).

Como consuelo, la española aparecerá el próximo lunes comoo número 2 en la lista de la WTA, su más alta clasificación.

En el primer set tanto Badosa como Sabalenka lucharon de tú a tú con la igualdad como bandera. Cada una perdió un turno de saque y todo se dilucido en el desempate.

En la segunda manga, Sabalenka comenzó sacando y perdiendo el servicio, pero en el siguiente lo recupero. Con 5-4 y saque de Badosa, la española no pudo hacer nada y la bielorrusa se apuntó el juego en blanco y con ello el set, el partido y el pase a la final.

En la otra semifinal, la número uno del mundo, Iga Swiatek, necesitó una remontada ante Liudmila Samsonova (6-7 (4), 6-4 y 7-5) para sumar su victoria número 22 seguida y situarse en la final del torneo, que disputará ante Aryna Sabalenka.

Tres horas de partido necesitó Swiatek para alcanzar su cuarta final del curso y mantener su buena racha ganadora. Está a un partido de ganar su cuarto trofeo de la temporada, consecutivamente. Tras Doha, Indian Wells y Miami, apunta ahora a Stuttgart, donde tendrá como adversaria el domingo a Sabalenka.

Será la octava final en la carrera de Swiatek, que solo cedió la de Lugano en 2021. El resto las ganó. Va camino de su séptimo trofeo.

La jugadora de Varsovia, de 20 años, se medirá a Sabalenka, que frustró a la española Paula Badosa, a la que previamente venció por 7-6 (5) y 6-4. Repetirá final la jugadora bielorrusa, que el pasado curso fue superada en este mismo escenario por la entonces número uno del mundo, recién retirada, la australiana Ashleigh Barty.