Mundial Qatar 2022

Las claves de la derrota de España: sin líder y sin determinación

Dani Olmo, Pedri y Asensio intercambian sus pareceres durante un receso del partido.

Dani Olmo, Pedri y Asensio intercambian sus pareceres durante un receso del partido. / Mohamed Messara / Efe

Nadie mejor que Luis Enrique podía saber qué es lo que le faltaba a este grupo. Un líder, un jugador capaz de tirar del carro, de asumir las responsabilidades, de pedir la pelota, de acaparar los focos... Por eso ese papel no dudó en asumirlo el seleccionador. Trató de quitarle presión al equipo acaparándola toda, pero en la historia no sólo de los Mundiales sino del fútbol en general el entrenador no puede cruzar la línea que marca la banda y de la cal hacia dentro, España dejó patente que es un grupo de chavales con talento que difícilmente sabe voltear una situación adversa.

A una selección claramente menor como Marruecos le fue suficiente con cerrarse bien, hacer lo que mejor sabe (es la única que aún no ha perdido en el Mundial junto a Inglaterra y ha recibido sólo un gol), para cerrarle todos los espacios posibles a un equipo que tardó en encontrar las referencias en ataque. Luis Enrique dejó en el banquilllo a Morata y España no se pudo estirar hasta la salida de Nico Williams y el propio delantero madrileño.

Defensa

La valentía, el salir hacia arriba, no era una de las mejores armas de Marruecos, que estaba claro que se iba a sentir cómoda con el balón en poder de España. No obstante, la banda de Jordi Alba sufrió con las incursiones de Ziyech y Achraf.

Busquets no sufrió tanto en el ida y vuelta como con Japón, pero ése no iba a ser el problema. En la derecha, Luis Enrique no quedó conforme en el último partido con la solución de Carvajal ante la falta de Azpilicueta y probó con Marcos Llorente, quien jugó con el freno de mano echado.

Ataque

Marruecos, conocedor de que el juego combinativo de Gavi y Pedri es lo mejor de España, se cerró bien por dentro y la dejó tocar tanto en campo propio como en los pasillos exteriores. Se cerró con sus diez hombres de campo dispuestos en tres líneas y la selección no fue capaz de hacerla bascular lo suficiente para que surgieran los espacios.

Sólo la salida de Nico Williams creó situaciones favorables al encarar en varios uno contra uno. También Morata logró formar pares (fijó más a los centrales que Asensio), pero no encontró acompañamiento en los dos balones que peleó y metió al área.

España no supo sacar partido de su calidad, ni por fuera ni por dentro, ante un rival herméticamente bien cerrado.

La salida de Sarabia ya fue a la desesperada. En realidad salió para la tanda de penaltis, pero coincidió con los minutos en los que podía pasar de todo y estuvo a punto de pasar.

Virtudes

No dejar de intentarlo hasta el final y sentirse superior. Eso no es malo, pero sí faltó determinación.

Talón de Aquiles

Un equipo extremadamente joven, con talento, sí, pero herencia del fútbol que se fabrica en España: posesión. Nos quedamos en el espíritu de los Xavi, Iniesta...

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