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Aduriz vuelve a dar aire a un Athletic que sufre ante el Celta

Un nuevo gol de Aritz Aduriz, el duodécimo que marca esta temporada, el noveno en el campeonato liguero, dio tres puntos y mucho aire en la tabla al Athletic Club en un choque muy igualado y que terminó de manera agónica para el equipo local, por momentos desarbolado por un decidido Celta.

Los de Marcelo Bielsa ganan al menos una plaza en la tabla clasificatoria. Justo la que le sacaba el Celta, que le superaba en el diferencial de goles. Y podrían ser dos si el Zaragoza no gana hoy en Vallecas. Pero lo más importante para el Athletic es que se aleja de un descenso que le queda ahora, a falta de completarse la jornada, a cinco puestos y 6 puntos. Los mismos puntos a los que tiene la Liga Europa.

El partido comenzó entretenido y con un par de llegadas del conjunto celeste, que se encontró muy a gusto en el arranque. Un disparo fuera sin demasiado peligro fue lo más que produjo el Athletic en veinte minutos. Hasta que llegó el pase primoroso de Ibai sobre Aduriz, que sirvió para abrir el marcador. El centro del vizcaíno buscó con tino la espalda de la defensa y Aduriz, acompañó el centro hasta el área pequeña, donde fusiló a Javi Varas.

Se creció el Athletic, que puso cerco al área celeste, aunque le faltó algo de precisión para crear oportunidades.

La segunda mitad empezó un poco loca, aunque sin ocasiones de gol. Cuando empezó a haber peligro de verdad fue cuando Ibai enganchó varios centros seguidos sobre las inmediaciones de Javi Varas a partir del minuto 60. Cada uno amenazaba de incendio a la zaga visitante e incluso uno acabó rematado a la red. Otra vez por Aduriz de cabeza, si bien lo hizo en posición ilegal. Otro cabezazo de Amorebieta lo sacó Hugo Mallo bajo palos.

Se mascaba el 2-0, pero De Lucas a punto estuvo de empatar en un mano a mano ante Iraizoz en el que el meta ganó la partida. De ahí al final, el Celta se volcó sobre el campo rival y el partido fue una continua agonía para la afición bilbaína, que vio tan superado a su equipo que rompió a animar cuando se llegaba a los 90 minutos reglamentarios.

A todos esos aficionados casi se les para el corazón con un disparo desde la frontal de Krohn-Dehli que se marchó lamiendo la cruceta izquierda de la portería de Iraizoz. Ahí se le fue el último halo de esperanza al Celta y su incansable afición, que se marchó de San Mamés despedida con aplausos y confraternizando con la del Athletic.

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