Fútbol l Segunda División A-Liga BBVA

Antiviolencia multa al '74' con 60.001 euros por exceso de aforo

  • El Comité entiende que durante el partido de Copa ante el Atlético de Madrid se puso en riesgo la seguridad de los espectadores, mientras el club, que recurrirá, asegura que no vendió entradas de más

El Granada 74 recibió en la jornada de ayer otro 'papelito' del Comité Nacional Antiviolencia que, como en el asunto de Aranda desvelado ayer por este diario, promete traer de cabeza a la entidad que preside Carlos Marsá. El 'papelito' de marras advierte de una multa de 60.001 euros a la entidad rojilla por "superar ampliamente el aforo del recinto deportivo en el encuentro con el Atlético de Madrid, provocando que no quedase garantizada la seguridad de los espectadores y se imposibilitara la normal actuación del dispositivo de seguridad", según recoge textualmente la misiva remitida a la entidad. Desde el club rojillo, que piensa recurrir esta multa, se asegura que en ningún caso se vendieron entradas de más, pues ni siquiera lo permite el sistema informático con el que los clubes expiden las entradas. Eso sí, sí se admite que hubo varias decenas de chavales pertenecientes a las categorías inferiores del club que se quedaron sin asiento y ocuparon algunas escaleras, circunstancia que provocó el enfado de algunos espectadores y que fue recogida por el coordinador de seguridad del partido en el acta obligatoria que remite al Comité Antiviolencia.

No llegaron a 6.000 las entradas que el Granada 74 dispensó en el partido de Copa ante el Atlético. De hecho, se asegura desde la entidad de la Avenida de Pulianas, a última hora fueron retiradas de la venta 108 correspondientes a unos asientos de las gradas supletorias que habían sido desmontados. Se argumenta desde el club que el sistema informático que controla la venta de entradas no permite expedir más de las permitidas por el aforo de la instalación, lo que no significa que el club niegue que, efectivamente, se produjo un exceso de aforo a consecuencia de la masiva afluencia de jugadores de las categorías inferiores, que entraron sin entrada y con los carnés acreditativos de su pertenencia al club. Al parecer, no hubo sitio para todos los chavales en la grada que se habilitó para ellos, bajo el marcador electrónico del Escribano Castilla, lo que provocó que un número indeterminado de ellos, varias decenas, se distribuyeran por espacios que, o bien deben quedar siempre vacíos para cumplir con las medidas de seguridad (escaleras, vomitorios...), o bien en asientos correspondientes a otros espectadores. Eso provocó el enfado de algunos, que requirieron la presencia de la Policía Nacional, encargada en último caso de redactar el informe de seguridad que se debe enviar obligatoriamente al Comité Antiviolencia. De ahí es de donde se deriva finalmente una sanción bastante elevada por su montante, y que, de no prosperar los recursos que se piensan interponer, mermaría en mucho las ganancias obtenidas por el club rojillo en aquel partido.

El caso de Aranda, que tiene pendiente de confirmación una sanción de cuatro partidos por arrojar una botella a la grada del Carranza, y éste, deben hacer comprender al club que Antiviolencia suele ser implacable.

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