Fútbol l Primera División

El Barça arrolla al Valencia

  • Los azulgrana, con Eto'o como estilete ofensivo, ofrecen un festival de juego y goles, con Ronaldinho en el banquillo, antes del clásico ante el Real Madrid

El Barcelona goleó al Valencia en Mestalla por 0-3 en un partido en el que pasó por encima del equipo valenciano en lo futbolístico y en lo anímico, y en el que impuso su ley frente a un rival plano, que navega a la deriva desde hace algún tiempo. Para ello, al Barcelona no le hizo falta Ronaldinho, que estuvo todo el partido en el banquillo. Tampoco echó en falta a Messi, que lesionado en el minuto 41, fue sustituido, al tiempo que Eto'o como titular y Deco como suplente tampoco estuvieron los noventa minutos sobre el terreno de juego.

Enfrente tuvo a un rival que camina hacia el abismo y sin recursos, que dista mucho de ser un equipo de fútbol, que ha batido muchos de sus registros negativos en las últimas semanas y que en Ronald Koeman, su nuevo técnico, ha encontrado cualquier cosa menos un revulsivo.

El Barcelona ya fue el amo y señor del encuentro a lo largo de todo el primer tiempo, con las largas posesiones de balón, cambios de juego en diagonal hacia los extremos y una clara superioridad sobre su rival en todas las facetas de juego.

El Valencia estaba a merced del equipo catalán y Eto'o se encargó se transmitirla al marcador con dos goles casi consecutivos, ambos en dos grandes acciones.

Nada cambió a partir de entonces, con el Barcelona muy cómodo sobre el césped de Mestalla y el Valencia dedicado a sacarse el balón de encima, lanzarlo lo más lejos posible de su portería y sin capacidad alguna para hilvanar acciones.

El Valencia seguía sin reaccionar, en la línea de la pobreza futbolística de las últimas semanas, y al Barça le bastaba con tener la pelota para no darle opción alguna.

Aunque el Valencia salió un poco más entonado tras el descanso, la dinámica no varió y con media hora por delante, el Barcelona hizo el 0-3 en un balón que consiguió controlar Giovani, quien cedió a Gudjohnsen, que marcó a puerta vacía.

Como en los últimos partidos en Mestalla, el público empezó a marcharse en ese momento porque las diferencias entre ambos equipos eran abismales. El Barcelona ganó sin que sus jugadores tuvieran que hacer más esfuerzo que el de mantener el orden y ser fieles a su estilo.

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