Granada - Villarreal · la crónica

Bendita espada de Damocles (2-0)

  • Gran triunfo de un Granada que se reencuentra con su fútbol. Los de Alcaraz estaban obligados a ganar tras el triunfo del Valladolid ante el Barça.

La derrota del Barcelona o, más bien, el triunfo del Valladolid fue el que hizo que la espada de Damocles se blandiera sobre la cabeza del Granada horas antes de empezar el partido. El cuadro de  Alcaraz tenía que ganar si no quería ver a los pucelanos, que anoche marcaban el corte con los puestos de descenso, con sólo un punto menos. Con semejante panorama, los rojiblancos no sólo derrotaron a un equipo que el año que viene estará en Europa, sino que lo hizo a lo grande: siendo mejores que los de Marcelino.

El Granada volvió a su feudo tras dos jornadas recorriendo la península. Y Los Cármenes, donde durante la temporada ha habido más problemas de los deseados, vio anoche una de las mejores versiones que los rojiblancos han dado en lo que va de temoprada. Con Fran Rico en plan director de la filarmónica de cualquier de gran capital de Europa, los granadinistas estuvieron bien situados y jugando todos para todos. Los castellonenses sólo mandaron en escasos tramos del choque, en los que están incluidos los primeros minutos. Luego, se vieron superados con creces. 

 

La presencia de Riki, fue lo más llamativo en el once titular que puso en acción Alcaraz. El madrileño respondió a la confianza del técnico. Tras el pitido inicial, fue el Villarreal el mostró más ímpetu y muy poco tardó en dar el primer susto a la parroquia local. Uche, que de amarillo realiza más cosas que de rojiblanco, hizo gala de su potencia para atravesar la línea defensiva granadinista y plantarse delante de Roberto. El meta acertó a quedarse con el balón cuando el nigeriano se disponía a sobrepasarle (3').

 

La ocasión visitante estimuló al Granada, que poco a poco empezó a mover el esférico en la zona ancha. Así llegó la primera oportunidad del Granada. Fue una falta que sacó Fran Rico en corto para que Riki, con un golpeo seco, obligara a Asenjo a intervenir en dos tiempos (7').

 

Tras los primeros diez minutos, empezó a fraguarse una intensa lucha por la posesión del balón. El Villarreal, con más oficio, buscó la espalda de la retaguardia rojiblanca, pero Brayan Angulo, primero, y sobre todo Murillo, poco después, evitaron males mayores. En el otro lado del campo, algunas incursiones del Granada. En una de ellas se pidió mano de Bruno, que no lo fue (16'). En otra, a El Arabi le faltó seguir un poco más la jugada para llegar antes que un defensor castellonense a un balón que le dejó servido Riki con el tacón.

 

Precisamente fue Riki el que se fabricó el solito el penalti con el que se abrió la lata. El de Aranjuez se fue de Bruno y lo esperó casi en la línea de fondo a que lo arrasara. Fran Rico cogió el esférico y con toda la seguridad del mundo hizo que Asenjo se tirara a un lado para marcar plácidamente por el centro (22').

Después de que el Villarreal volviese a poner el balón en juego, Muñiz hizo el más difícil todavía: cometer dos graves errores en la misma jugada, en la misma acción. Óliver Torres se tiró en el área rojiblanca tras una entrada de Riki. El colegiado castigó la acción que no era y ¡sacó fuera el punto del hipotético contacto los metros suficientes para convertir un penalti en falta! En el saque de la misma Moi estuvo a punto de sorprender a Roberto.

Calmadas las aguas, el Granada cogió la manija del encuentro y ofreció a sus seguidores minutos de buen fútbol. En el 27' no llegó por poco a un remate decabeza solo ante el portero del Villarreal. Y cinco minutos después, una gran jugada en dos actos, a cual mejor. Primero Fran Rico recuperó el balón en el centro del campo y sin pensárselo puso un balón largo y entre líneas en el borde del área 'amarilla' donde El Arabi hizo el resto, incluido un doble apoyo sobre su pie derecho para soltar un zurdazo con el que envió el esférico al fondo de la red. Todo un deleite. 

 

Tras los dos goles, había que llegar al descanso en ventaja. Se dio un pequeño y engañoso paso atrás para intentar sorprender en rápidas contras. Se estuvo a punto en un par de acciones. El Villarreal, eso sí, pudo acortar diferencias en un cabezazo de Gabriel a la salida de un córner. El balón salió muy ajustado al poste. 

 

El Granada volvió al terreno de juego espoleado por su buen juego y por el marcador. Durante los primeros minutos del segundo tiempo ejerció de claro dominador. Fruto de ello, dos buenas ocasiones en apenas seis minutos. El Arabi estuvo a punto de ver puerta al rematar de cabeza una falta sacada por Fran Rico. El balón se perdió junto a la base del palo izquierdo de la meta de Asenjo (48'). Luego fue Recio el que soltó un tremendo zapatazo de lejos que rozó el larguero.

 

El reloj comenzó pronto a jugar a favor del Granada. Los de Marcelino, conscientes de ello, empezaron a apretar. Fue el momento de los de la retaguardia, muy segura. Sus recuperaciones permitieron lanzar peligrosos contragolpes. En uno de ellos, Bramihi y Riki recorrieron la banda izquierda. El madrileño culminó la jugada con un tiro raso que se estrelló en el lateral de la red (63'). Un minuto después Brahimi hizo otra de las suyas por su banda, pero El Arabi apenas creyó que su compañero iba a meter el balón desde casi la línea de fondo.

 

Marcelino movió ficha y dio entrada a Pantic y Perbet (57'). Poco después el Villarreal hiló una gran jugada que cortó el juez de línea al señalar un fuera de juego que no lo era. Menos mal.

 

En el  último cuarto de hora el Granada supo controlar a su rival. Pina tuvo una ocasión que desbarató Roberto bien colocado. Pero en frente, el 'submarino amarillo' tuvo anoche a la mejor versión del Granada, con un Fran Rico marcando el ritmo y el resto remando al compás.

Alcaraz dio oxígeno en el tramo final con las entradas de Dani Benítez (¡vaya pitada la que le dedicó el público al mallorquín!) y Foulquier. Así se llegó al final. La cuenta pendiente que tenían los jugadores y técnicos del Granada tras lo ocurrido en la primera vuelta quedó saldada anoche, en la que volvió el buen fútbol a Los Cármenes. 

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