El ciclista español Alberto Contador (Astana) se ha quedao a seis segundos de convertirse en el nuevo líder del Tour de Francia, pero ha dado una nueva muestra de que es el rival a batir en la edición de 2009, que ha tenido su primer contacto con la montaña con la llegada a Andorra Arcalís, donde se ha coronado el joven francés Brice Feillou (Agritubel).

La séptima etapa, la más larga de la ronda, con 224 kilómetros con salida en Barcelona y final en la estación del Pirineo andorrano, ha tenido como gran protagonista al campeón de 2007, imparable en su ataque final, que ha contado, en teoría, con el beneplácito, de Lance Armstrong. El campeón de 2007 ha culminado la tarea de un Astana, que se ha confirmado como el equipo más potente, ayudado por la 'racanería' del resto de aspirantes.

El ataque del madrileño ha llegado algo tarde y le 'ha costado' el haber podido vestirse de amarillo, mérito que, por espacio de seis segundos, ha ido a parar al italiano Rinaldo Nocentini (AG2R), el otro que ha sonreido de la fuga de todos los días junto con el vencedor, el neoprofesional Feillou, de 23 años. El francés ha probado fortuna y ha sido el más fuerte en las rampas de Andorra Arcalís, un puerto no demasiado exigente. Él y Nocentini han estado acompañados por los españoles Egoi Martínez (Euskaltel) y de José Iván Gutiérrez (Caisse), además de van Christophe Riblon (AG2R), Aleksandr Kuschynski (Liquigas), Christophe Kern (Cofidis), Jérôme Pineau (Quick Step), y Johannes Fröhlinger (Milram).

Los escapados han contado con la colaboración del grupo de favoritos, lo que ha favorecido a Feillou, que con su ataque y la falta de movimientos por detrás, ha podido lograr una victoria de prestigio. El Astana ha controlado perfectamente la jornada y ha demostrado que cuenta con un potencial muy grande. Sin forzar la 'máquina', ha logrado descolgar al líder, el suizo Fabian Cancellara (Saxo Bank), y con Andreas Kloden y Levi Leipheimer acompañando a Armstrong y Contador en los kilómetros finales, ha controlado la ascensión.

Además, el texano, al que se le ha visto bastante mejor que en el pasado Giro, y el español, se han visto favorecidos por la falta de ataques de sus rivales, pese a que todos ellos llevaban tiempo perdido. Sólo el australiano Cadel Evans (Silence-Lotto) lo ha intentado, sin suerte y en la antesala de la salida de Contador. Éste ha salido lanzado, y el resto quiso seguirle, pero sin éxito. Kloden y Armstrong han ejercido de buenos compañeros y no aumentado el ritmo, y el de Pinto ha asestado el tercer golpe a sus rivales después de aventajarles en las cronos de Mónaco y de Montpellier. Ahora, aventaja al siete veces ganador de la Grande Boucle en dos segundos, mientras que su primer gran rival, el luxemburgués Andy Schleck (Saxo) está casi a dos minutos. El ganador de 2008, Carlos Sastre (Cervelo), que tampoco se ha movido, a casi tres, y Evans, a más de tres.

Mañana se disputará la octava etapa, con salida en Andorra La Vella y final en Saint-Girons tras 176,5 kilómetros.