La situación del equipo español de la Copa Davis tiene similitudes con la de hace cuatro años: final fuera de casa, en su peor superficie y sin su mejor jugador. En 2008 se obró el milagro ante Argentina, y Álex Corretja confía en otro éxito con un triunfo en Praga ante la República Checa. "Nos tiene que servir para pensar que España ha sido capaz de ganar la Copa Davis jugando de local y también de visitante. Si ha pasado antes... ¿Por qué no se va a volver a repetir?", señaló el capitán español en Londres antes de partir a Praga.

España jugará desde el viernes en la capital checa buscando su sexto título en 13 años. Como en 2008, cuando se llevó la final ante Argentina en Mar del Plata, Nadal tampoco será de la partida. El equipo tendrá como referente a un David Ferrer que sólo perdió uno de sus últimos 13 partidos en pista dura y bajo techo, la misma que espera en la final. Pero Corretja no se confía.

"Es una final muy difícil, jugamos de visitantes", advirtió el precavido capitán, que defendió los colores de España en 19 eliminatorias de la Copa Davis entre 1996 y 2003. Corretja, integrante del equipo campeón por primera vez al derrotar en 2000 a Australia en Barcelona, aseguró que no se siente favorito y apuntó la necesidad de tener bien a todos sus jugadores, no sólo a Ferrer. Nicolás Almagro es el otro jugador de individuales elegido y Marc López y Marcel Granollers disputarán el dobles.

"Sólo con Ferrer no vamos a ganar. Necesitamos tres puntos y necesitamos a todos, a Almagro, a Marc a Marcel y a Feliciano de quinto jugador. Asumimos que ellos son los favoritos. Han nacido en esta superficie y la dominan perfectamente, pero iremos convencidos de que podemos ganar. De hielo seguro que no será, pero lógicamente buscarán la pista más rápida posible", agregó.