Covirán Granada-Río Breogán

Bropleh y Kacinas, la cara y la cruz el día clave

  • El alero del equipo local se muestra desacertado, siendo el vivo ejemplo del mal partido de los suyos, mientras que el lituano aporta un poco de todo a un cuadro gallego muy superior

Bropleh, al fondo, y Kacinas, en primer plano en el choque de este domingo

Bropleh, al fondo, y Kacinas, en primer plano en el choque de este domingo / Photographerssports (Granada)

Thomas Bropleh y Mingaunas Kacinas se diferencian en muchas cosas: nacionalidad, color de piel, edad, equipo en el que juegan, altura, características... Sin embargo, también presentan similitudes, siendo la principal lo importantes que son para sus respectivos conjuntos.

Tanto, que un simple vistazo a los dos primeros partidos de la serie por el ascenso a la ACB entre el Covirán y el Río Breogán sirve para comprobar que han sido los mejores de sus respectivos conjuntos: el estadounidense con raíces liberianas del cuadro granadino y el lituano de los gallegos.

Como si hubieran leído los párrafos anteriores y quisieran llevarnos la contraria, ninguno de los dos jugadores estuvo especialmente brillante en el primer cuarto, sobre todo un Bropleh que ni siquiera lanzó a canasta en los diez minutos iniciales.

Kacinas, aparte de aportar intensidad atrás midiéndose sin miedo con los pívots locales, anotó uno de los cinco triples sin fallo con los que los gallegos iniciaron el choque.

El estadounidense del Covirán extendió su frustración al inicio del segundo cuarto, marrando una canasta fácil en su primer tiro y, a continuación, cometiendo una personal en defensa, mientras Kacinas tenía minutos de descanso en el banco.

Quince minutos tardó Bropleh en anotar su primera canasta, que fue un 2+1 al recibir falta personal y encestar el tiro libre adicional. Se mostró más activo el alero del Covirán a partir de entonces, aunque sólo sumó dos puntos más hasta el descanso.

En el bando rival, el buen papel de Larsen y de Gutiérrez mantuvo a Kacinas durante muchos minutos fuera de pista. De hecho, el lituano jugó menos de siete minutos en el primer tiempo.

Segundo acto

El inicio del segundo tiempo fue similar al del primero, con un Río Breogán apabullando a un conjunto local absolutamente impotente.

El papel de Bropleh y de Kacinas fue el más fiel ejemplo de lo que le estaba ocurriendo a cada uno de sus conjuntos. El alero local siguió negado de cara al aro contrario, fallando triples pese a estar prácticamente libre de marca de los que no suele errar, mientras que el ala-pívot lituano aportó de todo salvo puntos: rebotes, intimidación bajo el aro y lo que hiciera falta.

Pablo Pin volvió a sentar a su jugador una vez comprobado que no era su día, mientras que Epifanio también mandó al banco al lituano para tenerlo lo más fresco posible en caso de necesidad. Dio igual, cualquier jugador visitante estuvo este domingo en el Palacio a un nivel excelso.

Bropleh, mermado por problemas físicos en las últimas semanas, descansó hasta la conclusión tras tener un mal día el día que más falta hacía que no lo tuviera.

El lituano Kacinas, que seguramente tendrá la próxima campaña la oportunidad de demostrar su valía en la ACB, se quedó con los suyos, esperando que pasaran los minutos para celebrar un ascenso histórico que dejó al Palacio, y a toda Granada, con la miel más en los labios que nunca.

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