La temporada 2019/20 ya es historia en la LEB Oro. Por lo menos para el Covirán Granada y algunos equipos más, precisamente aquellos que, junto con el nazarí, tenían que luchar por la permanencia en las diez jornadas de la liga regular que faltaban por disputarse y que nunca se jugarán debido a la crisis sanitaria del Covid-19.
El pasado viernes, día 8, tenía que haberse disputado la trigésimo cuarta jornada, la que iba a echar el cierre a la liga regular de la segunda competición del baloncesto nacional. Precisamente ese día –coincidencia o de forma premeditada–, la Federación Española de Baloncesto hizo oficial su decisión de dar por concluida la temporada regular por no poder disputarse las mentadas diez jornadas debido a la excepcional situación que atraviesa España.
En otras palabras, lo que tenía que haber finiquitado en las canchas se hizo en los despachos, además coincidiendo en el tiempo: lo que debería haber sido al final fue. Como es sabido, la decisión de la FEB coincide totalmente con los planteamientos del Covirán Granada, que desde un principio abogó por dar por terminada la temporada regular sin que hubiera descensos.
Suposiciones
En el limbo de las suposiciones quedará en qué situación hubiera llegada el conjunto de Pablo Pin a la trigésimo cuarta jornada. Nunca se sabrá si el Covirán hubiera viajado a La Coruña para cerrar la temporada con la urgencia de lograr una victoria... o quizá no.
La competición se tuvo que parar tras la disputa de la vigésimo cuarta jornada, en la que el equipo de Pin cayó en la pista del Breogán (86-63). Esta derrota dejó al Covirán en la decimotercera posición, aunque empatado con el decimocuarto (Huesca) y decimoquinto (Lleida) y con sólo una victoria de ventaja sobre el Oviedo, antepenúltimo y equipo que marcaba la frontera del descenso. Los dos últimos –Canoe y Marín– estaban prácticamente condenados.
Calendario complicado
Aunque el conjunto nazarí había dado muestras de mejoría, aunque nunca de regularidad, la realidad es que le restaba un calendario que no era nada fácil, sobre todo el tramo final, pues en los cinco últimos partidos tendría que haberse medido a cuatro equipos que en el momento de la paralización estaban entre los cinco primeros –Palencia, Alicante, Valladolid y Coruña–.
En medio, en la penúltima jornada, el Cáceres debería haber visitado el Palacio en un partido que, de no haber hecho los deberes antes, podría ser trascendente.
Antes del endiablado final que había deparado el calendario, el Covirán tenía que disputar dos 'finales' en las que no se podía falalr de ninguna de las maneras ante el Lleida, en la ciudad catalana, y el Oviedo, en el Palacio. Además enfrentarse a equipos a los que podría superar en la tabla: Ourense, Almansa y Castellón.
No se sabrá lo que hubiera pasado pero sí es cierto es que cuando se suspendió la liga el Covirán estaba medido en un lío del que tenía que salir.
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