Coruña-Covirán Granada | Crónica

El Covirán Granada gana al Coruña y fuerza el tercer partido (82-85)

  • El conjunto de Pablo Pin saca lo mejor de sí para lograr un meritorio triunfo en un encuentro que domina de inicio a fin

  • Los granadinos se jugarán el miércoles en el Palacio de Deportes el pase a la final del 'play off' por el ascenso

Christian Díaz, en una acción del encuentro ante el Coruña.

Christian Díaz, en una acción del encuentro ante el Coruña. / Álvaro Barbero / Fundación CBG (La Coruña)

El Covirán Granada nunca se rinde, ni cuando está contra las cuerdas. Los de Pablo Pin viajaron a La Coruña a sabiendas de que podrían jugar su último partido de la temporada. Si hubiera sido así nadie se lo hubiera echado en cara.

Pero en tierras gallegas las meigas existen y los granadinos se sobrepusieron a su condición de visitante, el cansancio que acumulan, las bajas y el resultado adverso del primer partido, que pesaba lo suyo, para sacar fuerzas de flaqueza y embrujar a los de Sergio García, que seguro no contemplaban volver a viajar a Granada. Será el miércoles cuando se decidirá el nombre del finalista en un partido en el que el Covirán intentará hacer valer el factor cancha.

Fue una victoria de un equipo campeón. Hubo tiempo para todo porque se jugó bien, se aguantó el empuje de los anfitriones, incluso se disfrutó y se sufrió. Además, se mantuvo la concentración, se defendió bien, se movió el balón y hubo acierto cuando más falta hacía. Pero lo principal es que fue una victoria del colectivo porque todos aportaron en la medida de sus posibilidades.

Murphy se dispone a machacar el aro coruñés. Murphy se dispone a machacar el aro coruñés.

Murphy se dispone a machacar el aro coruñés. / Álvaro Barbero / Fundación CBG (La Coruña)

El cuadro nazarí fue siempre por delante. Fraguó su victoria en un primer cuarto espectacular. Luego mantuvo a raya al Coruña durante los dos siguientes y el último salió a por todas, pero cuando pareció que el partido estaba sentenciado hubo que apretar los dientes ante el empuje final de los gallegos.

Comienzo esperanzador

El primer minuto fue frenético, con Bropleh dispuesto a mostrar sus galones. Suyos fueron los primeros cinco puntos de los granadinos (3-5), pero su entusiasmo no tuvo continuidad y Pin tuvo que tranquilizarlo pronto en el banquillo.

No obstante, el Covirán salió serio y concentrado y suya fue la iniciativa desde el mismo salto inicial. Superado el ecuador del primer acto, Sergio García tuvo que parar el partido porque veía a los verdirrojos muy cómodos en el parqué (9-18, 5’51’’).

El buen trabajo defensivo, con gran eficacia en las ayudas, tuvo su primer gran contratiempo cuando a Iriarte se le señaló la segunda personal. Pin, en su afán de administrar bien los tiempos de sus jugadores, optó por poner a Bressan en acción. No se resintieron los granadinos, que además de controlar el rebote y poder correr, estuvieron acertados en el tiro. Dos triples firmados por Christian Díaz y Germán Martínez sirvieron para cerrar un cuarto que invitaba al optimismo: 13-26.

Reacción local

El siguiente acto comenzó con el despertar de los gallegos desde más allá de la línea de 6, 75 gracia al acierto de Matulionis (19-30). No obstante, los de Pin siguieron a los suyo: con una concentración máxima atrás y marcando el ritmo.

Bropleh fue el máximo anotador del partido. Bropleh fue el máximo anotador del partido.

Bropleh fue el máximo anotador del partido. / Álvaro Barbero / Fundación CBG (La Coruña)

Un triple de Bropleh obligó nuevamente a Sergio García a intentar cambiar el sino que estaba cogiendo el choque, con sus jugadores muy descentrados (19-35, a 6’40’’ para el descanso). Los gallegos volvieron con la intención de apretar más en defensa, lo que se tradujo en un 5-0. Esta vez Pin paró el partido, pero no pudo impedir el atasco ofensivo de los suyos que hizo que se perdiera el orden defensivo. Y aparecieron las pérdidas de balón. Otro parcial de 7-2 hizo que el técnico granadino volviera a llamar a sus jugadores al banquillo (31-37, 16’).

El Coruña siguió pujando al ver a sus invitados a tiro y llegó a recortar a cinco puntos la desventaja que había llegado hasta los 16. Pero no pasó de ahí. Aguantaron bien los nazaríes los últimos compases del primer tiempo y no sólo evitaron un sorpasso que hubiera sido demoledor en los ánimos visitantes, sino que de la mano de Murphy cogieron una renta de ocho puntos en el momento de retirarse a los vestuarios:36-44.

El banquillo aplaude una buena acción del equipo nazarí. El banquillo aplaude una buena acción del equipo nazarí.

El banquillo aplaude una buena acción del equipo nazarí. / Álvaro Barbero / Fundación CBG (La Coruña)

A raya

En la reanudación, los locales salieron dispuestos a no dar facilidades a sus invitados. Y afinaron la puntería. Sus tres primeras canastas fueron triples, lo que les llevó a ponerse a solamente tres puntos (47-51).

Una vez más aguantaron los de Pin, sobre todo desde la retaguardia. Dos buenas acciones atrás tuvieron su reflejo en la pista delantera y un 0-5 que dio aire (47-56, 25’11’’). El intenso tercer cuarto fue un toma y daca en el que ambos conjuntos no estaban dispuestos a dar su brazo a torcer.

Mate de Bamba Fall. Mate de Bamba Fall.

Mate de Bamba Fall. / Álvaro Barbero / Fundación CBG (La Coruña)

Con 57-63 comenzó un acto definitivo en el que el físico y la cabeza iban a ser fundamentales. Y la puntería. La misma que mostró el cuadro granadino en sus primeras cuatro canastas, todas ellas con valor de tres puntos. Cuando el Coruña se quiso dar cuenta estaba 16 abajo a falta de poco menos de seis minutos (61-77).

Aprietos al final

Quizá los gallegos hubieran entregado la cuchara si no hubiera aparecido Belemene, que con dos triples consecutivos rebajó la desventaja a los diez puntos.

Fueron momentos de cierto desconcierto que se solventaron con un tapón de Murphy y un triple de Thomas Bropleh que pareció sentenciar (67-80), pero no hubo tranquilidad en los tres minutos que restaban.

Hubo una ligera y lógica desconexión y el Coruña lo aprovechó hacer sufrir a sus invitados, que apretaron los dientes para no perder lo que en justicia les pertenecía.

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