Oviedo-Covirán Granada | Leb Oro

El Covirán se derrumba en el último cuarto

  • El conjunto de Pablo Pin rompe su racha de tres victorias seguidas en un encuentro en el que aguanta media hora

Devin Wright intenta acercase al aro asturiano

Devin Wright intenta acercase al aro asturiano

El último cuarto del partido fue la tumba de un Covirán Granada que cayó en una pista muy complicada por 20 puntos de diferencia: 76-56. Tras 30 minutos intensos, de defensas fuertes y acierto, con mucha igualdad en el marcador, los de Pablo Pin se desmoronaron en un cuarto acto en el que apenas fueron capaces de anotar cinco puntos ante un rival que fue una auténtica apisonadora.

La escuadra nazarí no supo mantener la línea de buen juego puesta de manifiesto durante los tres primeros cuartos inicial y vio como se ponía fin a su racha de tres victorias consecutivas.

Buena puesta en escena

Guille Rubio fue el mejor en el conjunto nazarí Guille Rubio fue el mejor en el conjunto nazarí

Guille Rubio fue el mejor en el conjunto nazarí / Photographerssport (Oviedo)

El cuadro granadino intentó no dejar pensar a los carbayones en el inicio del encuentro y metió una marcha extra en defensa, respondiendo además con acierto ante el aro. Pardina abrió el marcador desde la línea de 6,75 y Guille Rubio subió el 0-5 al electrónico tras un robo y una contra organizada por Manu Rodríguez. Los de Pablo Pin supieron neutralizar a Arteaga en la pintura pero no lograron evitar la reacción local.

Poco a poco, los ovetenses recortaron terreno y llegaron a ponerse por delante, aunque el intercambio de posiciones fue continuo hasta el último segundo. Llorente puso arriba al Oviedo con 17-16 y sólo unos segundos para responder. Josep Pérez no dudó y se fue a por el aro local para dejar al Covirán un punto arriba al finalizar el primer cuarto, 17-18.

Guille Rubio guía a los granadinos

El inicio del segundo acto fue brutal por parte del Oviedo. Sergio Llorente anotó tres triples seguidos para firmar un parcial de 9-0 que intentó recomponer el técnico del Granada en un tiempo muerto. No tardó el equipo rojinegro en retomar rumbo. Guille Rubio tiró de veteranía para liderar la reacción, con seis puntos y ayudado por un triple de Josep Pérez.

Manu Rodríguez en acción Manu Rodríguez en acción

Manu Rodríguez en acción / Photographerssport (Oviedo)

Cobos puso a los visitantes a tres puntos justo en el ecuador del cuarto. El técnico local Javi Rodríguez recurrió a un tiempo muerto para que no se le escapase el partido. A ello ayudó claramente Sergio Olmos, al propinar un puñetazo en el costado a Jakstas cuando ambos estaban en el suelo. El árbitro lo vio y señaló antideportiva, lo que aprovechó el lituano. Pese a ello, los de Pablo Pin no cedieron terreno y se fueron al descanso tres puntos abajo, tras una jugada de dos más uno de Llorente para los asturianos: 37-34.

Competido

De Cobos recortó la distancia a la vuelta de vestuarios y la tónica de igualdad se mantuvo. Guille Rubio siguió sosteniendo a un Covirán no era capaz de enlazar. Eso sí, en ningún momento perdió el compás y se mantuvieron cerca de los anfitriones.

Los granadinos afrontaron el último cuarto metidos en el partidos, con sólo tres puntos de desventaja (54-51)

Cuando la desventaja se fue a seis puntos (50-44), Pin corrigió posiciones y logró finalizar el periodo a tres puntos del Oviedo (54-51) tras unos minutos de mucha polémica por las decisiones del trío arbitral, que provocaron una airada queja del técnico local, Javi Rodríguez, que acabó en técnica y la grada soliviantada. Un empujón a Arteaga no señalado y una dudosa falta en ataque del pívot llevaron a la reacción a Pumarín, que quiso tomar protagonismo.

La debacle

En un ambiente caldeado, el Oviedo sacó provecho en el último cuarto. Con la grada a presión y la tensión sobre el parqué muy alta, los locales tuvieron un inicio contundente con un parcial de 6-0 al que sólo pudo responder Josep Pérez con un tiro libre, poco antes de que Llorente llevase la ventaja de los asturianos a once puntos (63-52).

Los roces en la pista eran continuos y el Covirán se perdió en batallas estériles, incapaz de romper la defensa local y sin acierto ante el aro. Baste decir que tardó siete minutos y medio en anotar su primera canasta en juego.

Los granadinos, totalmente descentrados, sólo sumaron cinco puntos en los últimos diez minutos, en los que tiraron por la borda todo lo realizado totalmente descentrados. Por la borda se fue el trabajo realizado en los tres primeros cuartos.

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