Ya se sabe es que en esta vida no todo son vacas gordas. Lo está viviendo ahora en sus carnes el Covirán Granada. No obstante, el conjunto nazarí conocía la parábola y había hecho los deberes con tiempo de sobra. Es decir, había llenado la despensa de triunfos por si llegaban, que han llegado, malos vientos.

Así, el equipo que entrena Pablo Pin ha sumado tres derrotas consecutivas, lo que le ha llevado a caer hasta el límite de los puestos de play off por el título –es noveno–, aunque empatado a victorias con su más inmediato perseguidor –Huesca–, y también con sus dos predecesores –Valladolid y Palencia–.

Esto indica que hay mucha densidad en esa zona de la clasificación y que en las cuatro jornadas que restan los aciertos tendrán premio y se pagarán los errores.

Guille Rubio se las vio con Fran Guerra el pasado sábado.

Las lesiones

Verdad como la vida misma es que la peor racha de resultados del Covirán han coincidido con las no pocas bajas por lesiones que ha tenido durante los últimos dos meses. Salvo el partido en la cancha del Betis, ya ascendido a la ACB, la impresión es que en los demás se podría haber conseguido algo más de haber contado con la mayor parte de la plantilla.

Nunca se sabrá, pero con las lesiones hay que contar y en el fondo hay que 'agradecer' que ya que han llegado haya sido cuando prácticamente el Covirán tenía la permanencia prácticamente a la mano, objetivo con el que se comenzó la temporada.

A seguir luchando

Es el mensaje que dejó sobre la mesa un enfadado (con los árbitros) Pin tras la dolorosa derrota ante el Palma en un partido en el que los nazaríes pagaron su paupérrimo inicio y en el que, según dejó caer el técnico, sufrieron a unos colegiados muy tiquismiquis cuando miraban a unos y no tanto cuando veían a otros.

Por unos motivos u otros, con mayor o menos acierto, la verdad es que los jugadores echan el resto cada vez que pisan el parqué. Hay que mantener la confianza en que el equipo va a estar en los play off. Además, empieza a 'bajar el nivel del agua' en la enfermería y el panorama ya no es tan desolador.

El sábado volvió Bortolussi después de más de un mes en el dique seco y el ala-pívot demostró que en cuanto coja el punto va ayudar aún más de lo que lo hizo contra el Palma, que fue mucho.

Chute de realidad

El último mes ha servido para que nos concienciemos de que no todo el monte es orégano, a lo que ‘invitaba’ el propio equipo con su gran temporada, pero también todos sabemos que hasta el rabo todo es toro. El play off sigue en el horizonte.