Después de cortar su buena racha la pasada jornada en Lleida, el Covirán Granada regresa al Palacio de los Deportes cuando más le hace falta. Los rojinegros, afectados por las bajas de Alo Marín y Alejandro Bortolussi, así como por las dudas hasta última hora de un Sergio Olmos que no ha completado ni una sesión de entrenamiento de la semana con el resto de sus compañeros y Josep Pérez; esperan que sus aficionados sean la medicina que necesitan para seguir acercándose a la nueva ilusión de acceder a los play off. El objetivo es olvidar el mal último cuarto firmado en tierras catalanas, producto del cansancio y la acumulación de partidos y de minutos debido a las lesiones arrastradas.

El rival y el momento no parecen los más precisos, por lo que los granadinos se agarran a sus buenos números como locales. Desde la joven entidad se ha llamado a la afición de distintas fórmulas, con el fin de que acudan a un partido que tiene un cambio de hora (17:00) debido a su retransmisión en directo por la televisión autonómica. La última entrada de hace dos semanas no fue la mejor, aunque en aquella ocasión la mayoría de la afición pareció elegir otros destinos debido al puente del Día de Andalucía, antes que acudir a apoyar a sus jugadores.

La falta de rotación volverá a ser el principal problema para Pablo Pin, quien ya no pudo contar con los dos conocidos lesionados en la última jornada. Tampoco estuvo Josep Pérez, quien viajó, pero se le prefirió reservar ante su falta de recuperación de un esguince de tobillo. Pin esperará hasta última hora a Olmos, aquejado de dolores en la planta de uno de sus pies, ya que ante su baja sólo contaría por dentro con Rubio, Wrigth e Iriarte, quien cada vez disfruta de más minutos ante las necesidades de la plantilla.

El rival, con una victoria menos en la clasificación, llega tras sufrir una dura derrota en casa frente a Melilla por un sólo punto (87-88), pero con la incorporación de un nuevo jugador que le aportará mayores opciones en la pista: Robinson Opong. El escolta africano tuvo un gran debut la pasada semana en la derrota frente a Melilla, al lograr anotar 14 puntos en sólo 15 minutos de juego en pista.

Los oscenses quieren aprovechar la debilidad física de su rival para asestar un buen golpe en la cancha del que ya es considerado rival directo por las primeras ocho plazas de la clasificación. La principal característica es su juventud, con una media de edad muy inferior a los 30 años. Además, la media de puntuación les hace tener una de las más altas de la categoría (76,1 puntos por partido).

El resultado de la primera vuelta (89-82), resuelto con dos prórrogas para los aragoneses, hace que el partido gane también en importancia, ya que una victoria de los rojinegros por más de siete puntos dejaría a su rival a dos victorias más el punto extra del 'basket average'.

Éste será el primer encuentro de una complicada semana para el Fundación. Los rojinegros casi se tendrán que montar en autobús tras acabar el choque de esta tarde, ya que el martes deben estar en Coruña para una nueva jornada de LEB Oro, mientras que en siete días el Palacio volverá a abrir sus puertas para recibir a Valladolid. Serán otros dos duros encuentros frente a conjuntos con objetivos distintos, pero con mucho que decir en la recta final de la competición.

El club nazarí espera que la afición responda mañana y apoye a su equipo para lograr una de las mejores entradas de la temporada, tratando de superar los algo más de 5.000 espectadores que ya se registraron en alguno de los encuentros resueltos con importantes victorias en casa.