Uno ve los partidos que jugaba el Granada de Caparrós fuera de casa y contempla el encuentro disputado ayer por los nazaríes en El Madrigal y piensa que es otro equipo. Cierto es que hay caras nuevas, que los imberbes chavales del filial y los Larsson o Sissoko han sido sustituidos por un buen puñado de fichajes, pero la principal variación del equipo no está en los nombres, sino en la idea, en la intención, en lo que expone y demuestra sobre el terreno de juego. El Granada perdió ante el Villarreal por 2-0 mas el injusto marcador adverso no impide afirmar que el nuevo equipo rojiblanco dio otro paso al frente, afianzó las líneas maestras de lo que empieza a ser el Granada de Abel. Igual que contra el Deportivo hace un par de semanas empató un partido en que bien pudo tanto ganar como perder, ayer cayó ante uno de los mejores equipos de la Liga pero hizo méritos de sobra para puntuar. En la primera parte no fue mucho peor que el Villarreal y en la segunda fue bastante mejor. El tanto final de Gerard Moreno no ensombrece para nada otro buen partido del Granada de Resino, que continuará una semana más en puestos de descenso pero que si sigue mejorando y haciendo partidos como el de ayer, estará salvado antes de que concluya la Liga.

los mismos

No había razón para que no jugaran los mismos que contra el Elche. Los once que fueron capaces de romper la dinámica negativa en la anterior jornada volvieron a gozar de la confianza del entrenador, lo que provocó que el Granada repitiera alineación por primera vez en este campeonato. El detalle ya refleja que se están haciendo las cosas de otra manera. Asentar un once y dar confianza a los jugadores suele ser una virtud. Caparrós, pese a que tuvo una vuelta entera menos un partido para hacerlo, no pensaba igual.

al espacio

Costó trabajo al Granada frenar en la primera parte a un Villarreal que juega al fútbol de memoria, que a veces roza la perfección en lo que a movimientos y control del balón se refiere. El equipo de Marcelino, que reservó a algunos de sus mejores efectivos para el duelo copero de la próxima semana ante el Barcelona, buscaba siempre atacar con desmarques de sus atacante y centrocampistas a los espacios dejados por el Granada entre los medios y los defensas o a la espalda de los zagueros. Así vino tanto el gol como alguna que otra ocasión más de los amarillos. Es desesperante saber cómo te va a crear peligro el rival y no poder evitarlo. La idea de los nazaríes de dejar pocos espacios y hacer muchas ayudas provocó que los extremos del equipo, Lass y Robert, corrieran mucho hacia atrás.

otro partido

La segunda mitad fue una historia diferente. El 1-0 provocó que el Villarreal contemporizara y que el Granada adelantara levemente sus líneas y llevara del todo la iniciativa. Rubén Pérez y Fran Rico crecieron hasta convertirse en los dueños absolutos del partido. Estuvieron en todas, con y sin balón. La entrada en el descanso de Candeias por Robert no varió nada; el relevo de Colunga por Lass, sí, ya que los granadinos acabaron el partido con dos delanteros y Piti volcado a la izquierda para tirarse desde ahí hacia el centro. El Granada no agotó los cambios. En partidos como este se echa de menos tener a algún jugador ofensivo más en el banco.