El tenista serbio Novak Djokovic tendrá una nueva oportunidad este domingo ante el escocés Andy Murray de conquistar el Grand Slam tras clasificarse para la final del torneo de Roland Garros, único grande que falta en su palmarés, al deshacerse con relativa facilidad del austriaco Dominic Thiem en tres sets por 6-2, 6-1 y 6-4, mientras que el de Dunblane eliminó al suizo Stanislas Wawrinka en cuatro (6-4, 6-2, 4-6, 6-2). El de Belgrado buscará acabar con su maldición en París en su cuarta final en la arcilla roja francesa, después de las derrotas de 2012 y 2014 ante el español Rafa Nadal, y la más inesperada quizá del año pasado ante el suizo Stanislas Wawrinka.

Enfrente estará un Murray que confirmó su progresión en tierra batida plantándose en su primera final en la capital gala y que llegará motivado después de batir a Djokovic en la final del Masters 1.000 de Roma. Nole alcanzó su vigésima final de un Grand Slam y lo hizo con esa inusitada facilidad que parece desprender cuando su tenis fluye. El pujante Thiem no tuvo argumentos, salvo en el tercer parcial, pero el número uno del mundo pareció entonces picarse y remontar con solvencia para meterse en la final. Menos de dos horas le costó a Djokovic derrotar al austriaco, joven y buen jugador de tierra, pero que en poco más de una hora ya iba dos sets abajo. Ayudado por los errores de su rival, el serbio mandaba con facilidad, pero entonces Thiem logró asentarse y por primera vez dominar en la Philippe-Chatrier.

Así, logró por fin romper el servicio del balcánico y ponerse con un esperanzador 3-0, apoyado por una grada que quería más tenis. Esto pareció no gustarle demasiado al número uno del mundo, que replicó con cinco juegos consecutivos y terminar con cualquier atisbo de más emoción.

Murray acaba con el campeón

Poco después se unió en la gran final el escocés Andy Murray, número dos del mundo, que olvidó todos los problemas en anteriores rondas y que puso fin al intento de Stan Wawrinka de reeeditar su corona tras batirle por 6-4, 6-2, 4-6 y 6-2. El de Dunblane tratará de evitar que Djokovic cierre el círculo después de una actuación muy sólida ante el de Lausana, que se vino abajo después de haber conseguido precisamente volver a recuperar opciones en el partido.

En un duelo de dos buenos sacadores, el número dos del mundo fue más sólido y no concedió ninguna rotura en los dos primeros sets, lo que le ayudó a tomar ventaja. El británico mantuvo esa firmeza hasta que le tocó servir con 5-4 abajo en el tercero, momento en el que apretó el de Lausana pare aprovechar al máximo su única oportunidad de rotura. Parecía que podía haber partido, pero Murray no se descentró. Rompió pronto y de nuevo afianzado fue siempre una amenaza al resto para un Wawrinka que no pudo evitar ceder de nuevo su saque en el séptimo juego para poner fin a la defensa de su corona.