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Djokovic labra su leyenda en París

  • El serbio suma su sexto Masters 1.000 del año al batir a Murray En 2015 lleva 78 triunfos y cinco derrotas

París, la ciudad con la que el serbio Novak Djokovic tiene su deuda más grande, escenario del único Grand Slam que se le resiste, se convirtió en el lugar en que abrió la puerta de la leyenda al conquistar su sexto Masters 1.000 del año, una frontera que nadie había superado. Su triunfo en la final del torneo bajo techo de la capital francesa contra el británico Andy Murray por 6-2 y 6-4 marcó perfectamente la jerarquía: el número uno está muy por encima del dos.

"París es una ciudad de tenis, con mucha tradición. Espero que algún día pueda ganar Roland Garros", aseguró desde la moqueta del remozado Bercy, que ha perdido hasta su nombre, el balcánico, que mantiene abierta la cicatriz que tiene con el Grand Slam de tierra batida.

Pero su derrota en la final de ese torneo hace cinco meses contra el suizo Stan Wawrinka no es suficiente para ensombrecer una temporada de ensueño. "Estoy en la cumbre de mi tenis", afirmó el tenista, que reconoció que vive un momento de equilibrio con su vida personal que se refleja en su carrera profesional. "Ahora estoy casado, soy padre, creo que he encontrado una serenidad en mi vida personal que se refleja en mi vida profesional. Todo eso en conjunto funciona", aseguró.

Desembarazado de la oposición del suizo Roger Federer, que comienza a sentir el desgaste de la edad, y del español Rafael Nadal, que ha vivido su peor temporada desde que está en la élite del tenis mundial, Djokovic parece tener sus propias estadísticas como único acicate para su motivación. Murray, el cuarto hombre, demostró bajo el techo de París que todavía está lejos del nivel que puede llegar a dar Djokovic.

Con 78 victorias este año y diez títulos levantados (tres Grand Slam y los seis Masters 1.000 entre ellos), Djokovic sólo ha concedido cinco derrotas. De las 14 finales que ha jugado conquistó diez y solo en una ocasión cayó antes de la final, en su primer torneo en Doha. Desde que aquel día de enero, cuando le batió el croata Ivo Karlovic en cuartos de final, sólo Federer (dos veces), Murray y Wawrinka pudieron con él. Y siempre en finales. Djokovic suma ya 26 Masters 1.000, a uno de Nadal, y 10 Grand Slam, a cuatro del balear y a siete de Federer. Su principal mácula está en Roland Garros, aunque Djokovic no le guarda rencor a París, ciudad donde ha levantado cuatro veces el Másters 1.000, algo que nadie había hecho, tres de ellas consecutivas.

El dulce momento que atraviesa Djokovic empequeñece a su rival de ayer, un Murray que está firmando la mejor temporada de su vida, pero que es consciente de que ante los mejores del planeta todavía tiene mucha distancia. "Desde el año pasado mis resultados contra Djokovic no han sido buenos. Tengo que elevar mi nivel en este tipo de partidos, pero es muy difícil jugar contra los top. No me avergüenza perder contra ellos", aseguró.

Pese a eso, por primera vez Murray acabará la temporada como número dos del mundo, por primera vez lo hará habiendo ganado 68 partidos en un mismo año, y por primera vez ha levantado títulos en tierra batida, la que hasta ahora era su superficie maldita. Y por delante le quedan al británico dos retos: el torneo de Maestros en su país y ganar la Copa Davis.

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