La pelota de papel

El Eibar o cómo estar en la brecha

  • Entre el Málaga, séptimo, y el noveno, que es el Celta, median nada menos que diez puntos. Entre esos dos mundos navega el equipo eibarrés, el mejor debutante que se recuerda.

El Derby County milita en la Football League Championship, el equivalente inglés a la Liga Adelante española. Hoy es segundo, con sólidas aspiraciones de subir a la Premier. Y el segundo de la segunda inglesa se ha llevado en la reapertura del mercado a uno de los centrales titulares del actual octavo clasificado de la Liga BBVA. Previo pago de 600.000 euros al Eibar, el fornido y expeditivo Albentosa ha hecho las maletas y emigra. Uno más. Es el tablero de juego actual en el balompié europeo.

La desigualdad de músculo económico entre el país que inventó el fútbol y el país que mejor lo interpretó entre 2008 y 2012 provoca la lastimosa pérdida de capital humano. Siempre habrá alguien que argumente que, de nuevo, el campeonato que más jugadores aporta al Once de Oro que eligieron en Zúrich el pasado lunes fue España, con cinco representantes: Sergio Ramos, Kroos, Iniesta, Cristiano Ronaldo y Messi. Pero ante ese razonamiento, cabe responder con un revés paralelo a la misma línea de fondo: todos son del Real Madrid o del Barcelona, los clubes que se mueven en un estrato superior al resto del mundo por la lacerante desigualdad entre ellos y los demás españoles.

Que el pastel televisivo, vigente hasta que el nuevo entre en vigor en la campaña 2016-17, se reparta de forma tan desproporcionada fractura la Liga año tras año de forma cada vez más acusada.

A punto de cruzar el ecuador, la Liga describe dos mundos en su clasificación. Entre el líder, el Real Madrid (42 puntos con un partido menos) y el séptimo, el Málaga, hay 11 puntos de diferencia; en ese vagón todo está comprimido, un punto entre el primero y el segundo, sólo tres entre el tercero y el quinto. Incluso se anuncia más igualdad por el título o los puestos de Champions que en otras ocasiones.

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Lo preocupante llega al cotejar la desventaja entre el noveno y el séptimo. Diez puntos, nada menos, median entre el Celta y ese último equipo enganchado al vagón de los aspirantes europeos, el Málaga. El campeonato amenaza con dejar vistas para sentencia las siete plazas continentales de la próxima temporada con muchas jornadas de antelación. Demasiadas para la salud del fútbol español. Para que ello ocurra, bastará con que la final de Copa la disputen dos de esos siete moradores de la azotea, lo que parece bastante probable. La vuelta de las semifinales coperas se resuelve el próximo miércoles 4 de marzo.

Revolución vasca

El único equipo que hoy puede evitar la fractura definitiva entre los siete primeros y los demás es un inopinado. Ni más ni menos que el último debutante en la máxima categoría, la admirable Sociedad Deportiva Eibar.

Los eibarreses son octavos con 26 puntos, a cinco de su predecesor, el Málaga, y a otros tantos de su perseguidor, el Celta. Nadie cuenta con ellos para los billetes europeos, ni siquiera los propios protagonistas, a los que sólo obsesiona la frontera del descenso. Hoy, la tienen a 10 puntos, el mismo mundo que separa al séptimo del noveno.

El equipo de Gaizka Garitano ha ganado fuera a Celta, Elche, Espanyol y Rayo Vallecano. Ha sumado más puntos lejos de Ipurúa que al abrigo de su afición. En las últimas tres décadas, ningún debutante en Primera logró los registros que luce el primer equipo de Euskadi en la tabla -Real Sociedad y Athletic no salen de la angustia con sus 19 puntos-. La segunda vuelta promete ser una fiesta para el Eibar, que igual sin la presión de la permanencia puede plantearse hasta el sueño continental. No podrá embarcarse en esa excitante aventura Albentosa, otro más que cruza la frontera hacia un fútbol más justo con los modestos.

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