El próximo rival del Granada CF, el Unión Estepona, con el que se medirá en la primera jornada de la segunda vuelta este domingo (12:00 horas), atraviesa una grave crisis económica que puede terminar por desmantelar parte de la plantilla, como ya está sucediendo en otros conjuntos con problemas, casos de su vecino Marbella o del Lucena. De hecho, el club tiene bloqueados los derechos federativos por una denuncia de uno de sus futbolistas, Iván Casquero, a quien la entidad no le permite ser alineado. La plantilla por el momento no piensa ir a la huelga, aunque ayer colgó un comunicado oficial en el sitio web de la entidad, alertando de los problemas económicos y de una situación que califican como "insostenible". Catanha y Bezares, los dos jugadores con más caché de la entidad, ya no pertenecen a su disciplina.

"La plantilla de la Unión Estepona Club de Fútbol quiere mostrar su preocupación ante la situación que se está viviendo dentro del seno del club. A su vez, queremos hacer saber que dentro del vestuario hay situaciones personales que se están volviendo insostenibles para cualquier familia. También queremos dejar claro que, al margen de lo acontecido, la plantilla seguirá trabajando al máximo". Así reza el comunicado de los futbolistas esteponeros, una historia que por desgracia se repite y de la que en Granada se sabe mucho, por temporadas precedentes.

Para el choque ante el Granada CF, Raúl Procopio no podrá contar, amén de con el jugador apartado, con el central Curro, por acumulación de amonestaciones. Tampoco jugará más en lo que resta de temporada el gaditano Juanjo Bezares, al haber aceptado una oferta de la Primera División de Chipre. El Estepona, en un principio, pretendía que Bezares le pagara una indemnización, pero el asunto se resolvió sin dinero de por medio. Tampoco pertenece ya al club Enrique Catanha, quien no ha vuelto de las vacaciones de Navidad, alegando el incumplimiento de un acuerdo.

Ayer se confirmó la sanción al lateral diestro rojiblanco Allan Nyom, quien no jugará el domingo. En la entidad no se valoró la posibilidad de reclamar la tarjeta amarilla que vio el galo en Jaén.