La jugadora granadina Esther González disputó algo más de una hora de partido con la Selección española de fútbol femenino en su último amistoso previo a la Eurocopa en la que el combinado de Jorge Vilda no pudo culminar con victoria ante Italia, con la que empató a un gol. La escuadra nacional demostró capacidad para sobreponerse a un resultado adverso ante un rival exigente.

Desde el arranque, tal como se preveía, España asumió el control de la situación y con él produjo las ocasiones. Una fue más clara que las demás, el remate desde el interior del área de Alexia Putellas que pasó cerca del palo en el partido número 100 como internacional de la centrocampista.

Ocasión de gol

Hubo además un golpeo desviado de Aitana Bonmatí, un cabezazo de la oscense Esther González, que se marchó alto e internadas de todo tipo, y varios córners que, pese a no tener consecuencias, no hicieron sino plasmar superioridad ante un rival que ofreció poco o nada en lo ofensivo.

Sin embargo, no necesitó más el combinado anfitrión para ponerse por delante en el marcador. En su primer intento entre los tres palos de la segunda parte, y también del enfrentamiento, Bergamaschi remató un saque de esquina con el pie al borde del área pequeña adelantándose a Esther y superó a Paños.

En busca del empate

Afrontó así el equipo de Jorge Vilda un escenario casi novedoso para él en tiempos recientes, el de ponerse por detrás. Y lejos de acusar el golpe, se puso pronto manos a la obra para buscar el empate. Giuliani, con una buena intervención, evitó que Alexia lograse el objetivo. Y el larguero, poco más tarde, le negó el tanto a Patricia Guijarro después de que esta le pegase con potencia de volea desde la media luna.

Esa llamada al gol acabó surtiendo efecto en una buena triangulación que se inició con una apertura a banda derecha de Bonmatí, continuó con un buen centro de Marta Cardona y culminó con el cabezazo de Alexia en el primer palo adelantándose a la guardameta y a una zaguera.

La igualdad dio tranquilidad a las españolas, que volvieron a desenvolverse con más orden y con menos temor a perder el duelo. Eso les permitió evitar otra sorpresa desagradable pero no apretar a un rival que se limitó a defender con acierto para firmar las tablas.