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Farah, el rey del fondo

  • El británico gana su último 10.000 ante toda la 'legión africana'

Mo Farah, doble campeón olímpico y mundial en pruebas de fondo, se alzó con la primera medalla de oro en juego en los Mundiales de Londres y elevó a seis su cuenta de títulos al ganar una de las mejores pruebas de 10.000 metros de la historia con un tiempo de 26.49,51 minutos. El ugandés Joshua Kiprui Cheptegei, merced a su buen sprint final, se colgó la medalla de plata (26.49,94) y el keniano Paul Tanui, ganador del Cross de Itálica en 2014, se hizo con el bronce (26.50,60).

La nueva victoria de Farah, de 34 años, redondea una racha sin precedentes de 10 títulos consecutivos en grandes competiciones (olímpicas, mundiales y europeas). Cheptegei salió tirando fuerte (2.39,48 el primer kilómetro). El grupo parecía quebrarse, pero, aunque estirado, se recompuso. Farah, en el furgón de cola, ni se inmutaba. Tampoco cuando tomó la cabeza el keniano Geoffrey Kamworor, subcampeón hace dos años, para pasar los segundos mil metros en 5.25,45, tres segundos más rápido que los primeros.

Un griterío en las gradas acompañó, a 15 vueltas del final, el súbito avance de Mo Farah para vigilar a sus rivales, ya desde la espalda de los tres primeros. El keniano Bedan Muchiri lanzó un cambio brusco a punto de llegar al quinto kilómetro (13.33,77), pero tampoco se alteró el británico, que sólo a falta de cuatro vueltas tomó por vez primera, siquiera brevemente, la cabeza.

Nueve atletas llegaron juntos a los últimos mil metros. A poco menos de dos vueltas para el final el corredor británico puso en marcha el mecanismo de las victorias. Ahora sí, tomó el mando y, tras sobreponerse a un tropiezo en el último giro, surgió incontenible en la recta, entre el rugido del público, para ganar con un registro de 26.49,53 en una final en la que siete atletas corrieron por debajo de los 27 minutos.

Desde que en los Mundiales de Daegu 2011 se le escapase el título de 10.000 por muy poco ante el acelerón postrero del etíope Ibrahim Jeilan, Farah no ha perdido una sola medalla de oro en grandes campeonatos. Sus dobletes (5.000 y 10.000) mundiales en Moscú 2013 y Pekín 2015 y olímpicos en Londres 2012 y Río 2016 deberían haber blindado su figura, pero las sospechas en torno a los métodos empleados por su entrenador, Alberto Salazar, lo han puesto a menudo en el disparadero.

Farah fue objeto de un ataque de hackers rusos, que publicaron documentos procedentes del banco de datos de la IAAF según los cuales habría sido suspendido por dopaje en 2015, aunque otro informe del año siguiente precisaba que el británico había resultado absuelto a la vista de análisis posteriores.

La primera carrera de la última competición de Mo Farah en pista, antes de pasarse al maratón, terminó como todas en los seis últimos años, con su victoria. Y todavía le queda aquí el 5.000 antes de colgar las zapatillas de clavos para dedicarse al maratón.

Además, la etíope Genzebe Dibaba no pasó apuros para clasificarse para la semifinal de los 1.500 metros por delante de la sudafricana Caster Semenya, en uno de los primeros duelos relevantes de los Mundiales. Dibaba, campeona mundial en Pekín 2015, se clasificó con 4.02,67 minutos, apenas 17 centésimas por delante de Semenya.

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